Madrid.- El mundo se prepara para celebrar mañana el Día Internacional de la Mujer con una movilización global sin precedentes, animada por el cansancio ante la lentitud de avances para lograr la igualdad real con los hombres y el aliento de movimientos femeninos surgidos contra el acoso.
La brecha salarial, la violencia de género o el acoso sexual siguen lastrando a las mujeres en todo el planeta, algo que mañana se visibilizará en protestas, grandes marchas e incluso huelgas generales, especialmente en el mundo occidental.
"Si nosotras paramos, se para el mundo", es el lema que inspira la jornada de huelga general y feminista que se convoca en España, por primera vez, y en otros países europeos como Francia e Italia.
Un foco importante de las reivindicaciones estará en Estados Unidos, cuna del movimiento global "Me Too", en contra del acoso sexual en el cine, y donde las mujeres ya marcharon en grandes números en contra de la misoginia que ven en Donald Trump.
"Es un movimiento transformador, liberador y poderoso", recalcan expertas del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra la Mujer en la Ley y la Práctica de la ONU.
La organización femenina Women's March, que el pasado enero sacó a millones de mujeres a la calle en contra del presidente de EEUU, llamó a hacer del 8 de Marzo un día de movilización en el que anima a vestir de rojo.
A nivel global, uno de los principales factores de la desigualdad es la brecha salarial: las mujeres ganan de media un 23 % menos que los hombres, algo que para Naciones Unidas constituye "el mayor robo de la historia".
"No hay un solo país, ni un solo sector en el que las mujeres ganen los mismos salarios que los hombres", según dijo a Efe la asesora de ONU Mujeres Anuradha Seth.
Las diferencias entre países, sin embargo, son importantes. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hay algunos con una diferencia menor al 5 %, como Costa Rica o Luxemburgo, y otros con hasta el 36 %, como Corea del Sur.
El progreso salarial es, de momento, muy lento: las mujeres necesitarán más de 70 años para conseguir los mismos salarios que los hombres en todo el mundo, advierte la ONU.
La desazón por estas perspectivas ha llevado a algunas mujeres con poder a presionar para avanzar en la igualdad, con acciones como la de la corresponsal en China de la BBC, Carrie Gracie, que ha encendido el debate público en Reino Unido tras denunciar que era peor pagada que sus colegas masculinos con el mismo rango.
La desigualdad económica y política es también común en Latinoamérica, donde el problema más acuciante es la violencia machista, con cotas muy superiores a las de otras latitudes.
Perú es el tercer país del mundo con mayor incidencia en violencia contra la mujer; en México, unas siete mujeres son asesinadas al día; en Venezuela, el feminicidio es ya la segunda causa de muertes violentas.
El acoso sexual continúa siendo una amenaza muy extendida para la mujer árabe, en una sociedad que, en muchos casos, oprime y silencia estas denuncias y culpa a las víctimas.
De hecho, el Día de la Mujer no figura en rojo en el calendario de estos países, que apenas han legislado en favor de los derechos femeninos, a excepción de Túnez, considerado el país más igualitario en la región.
Camboya es el único país del Sudeste Asiático donde el Día de la Mujer está declarado festivo nacional. Abusos sexuales y violencia doméstica son consecuencia de una mentalidad machista prevalente en países como Tailandia, dice a Efe el director de la Fundación para el Progreso de Hombres y Mujeres, Jaded Chouwilai.
Tampoco se esperan grandes movilizaciones en África Subsahariana, donde las mujeres asumen la violencia como algo cotidiano en sus hogares, cuando no la padecen a gran escala como un instrumento de guerra en numerosos conflictos.
Simposios y conferencias se celebran esta semana en países como Uganda o Nigeria, orientados especialmente a concienciar a las niñas en su derecho a la igualdad y dejar de soportar, como sus madres, una brecha salarial media del 31 %, según la OCDE.
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