Del confinamiento a la reapertura: Consideraciones estratégicas para el reinicio de las actividades en América Latina y el Caribe en el marco de la Covid-19 es el título de un documento del BID, que fue realizado por 15 especialistas en áreas como: comercio, desarrollo, salud, innovación y protección social y que reúnen una serie de propuestas tanto de laboratorios de ideas como de instituciones que están recuperando algunas lecciones de los países que ya iniciaron ese proceso.
La guía parte del hecho de que no todas las recetas servirán para todos los países, ya que cada uno cuenta con características propias que lo obligarán a tomar del exterior solo las medidas que le convengan.
En el estudio se destaca que el cómo y el cuándo de la salida del confinamiento será la decisión política más importante que deberán tomar los gobiernos de América Latina y el Caribe, ya que están en juego las vidas de los ciudadanos, pero al mismo tiempo grandes costos económicos.
Diferencias entre los países desarrollados y América Latina
Aunque la idea es aprender de la experiencia de desconfinamiento que ya pusieron en marcha varios países de Asia y Europa, se destaca que el equilibrio entre las vidas y la economía no se pueden medir igual en esos países que en los nuestros.
Uno de los pocos factores que Latinoamérica tendrá a su favor es que cuenta con más población joven que Europa. Nuestra región tiene una proporción de adultos mayores que es de aproximadamente la mitad que en los países desarrollados.
En contraparte, Latinoamérica y el Caribe tienen varios factores que, en comparación con los países ricos, ponen a esta región en desventaja:
· Menor cobertura de sistemas de protección al desempleo y menor capacidad de respuesta para preservar el empleo.
· Peores condiciones de habitabilidad, al presentar mayores índices de hacinamiento, lo cual a su vez ha provocado un incremento en las cifras de violencia doméstica.
· Mayor prevalencia de enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión y otras enfermedades respiratorias), que a su vez facilitan el riesgo de mortalidad por Covid-19.
· Menor capacidad hospitalaria que los países industrializados, quienes tienen el doble de camas de hospital por habitante que en América Latina y el Caribe.
· Menor disponibilidad de instrumentos de testeo para manejar la pandemia
Asia es un ejemplo a seguir… salvando las distancias
Las experiencias de China, Corea del Sur, Japón, Singapur y Taiwán, así como la de Hong Kong aportan lecciones importantes para los demás países, como la importancia del uso masivo de pruebas y la trazabilidad de contactos o las buenas prácticas de comportamiento individual; sin embargo, el estudio detalla que hay distancias culturales, tecnológicas y políticas que no se pueden pasar por alto.
¿Qué hacer las próximas semanas para contener y manejar la pandemia?
El documento destaca recomendaciones como: robustecer la coordinación y la gestión estratégica; establecer una estructura de gobernanza; gestionar la coordinación, los datos y la comunicación, y a nivel comercial, estimular la producción local.
Ya en la práctica del desconfinamiento escalonado, se recomienda: evitar la congestión en el transporte público, establecer nuevos protocolos de higiene y seguridad, y procurar gradualidad por nivel educativo, zona geográfica y densidad estudiantil.
En el ámbito laboral, sugiere expandir el teletrabajo y establecer medidas para el trabajo seguro en oficinas o ámbitos cerrados y abiertos.
En la administración pública, sugieren asegurar la continuidad de los servicios de la Administración Pública a través del Gobierno digital, la digitalización de tramites
Conectividad, Planeación financiera, facilidad de pagos electrónicos e intercambio de experiencias son otras recomendaciones que se sugiere adoptar.
Disposición de experimentar y aprender rápidamente
La guía enfatiza la necesidad de robustecer la coordinación y la gestión estratégica para articular los diferentes estamentos y niveles de gobierno, sectores económicos y agentes sociales; invertir en mejorar la infraestructura, equipamientos y suministros de salud, y facilitar su abastecimiento, pero también un cambio de comportamiento de las personas.
En las próximas semanas nuestros países deberán estar dispuestos a experimentar, aprender y ajustar rápidamente sus decisiones en función de lo aprendido, señala el documento a manera de conclusión.
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