El líder de la mayoría republicana del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, pidió este jueves reelegir al presidente estadounidense, Donald Trump, para que la oposición demócrata no dicte a los ciudadanos del país "cuántas hamburguesas pueden comer".
"(Los demócratas) quieren decirles qué tipo de auto deben manejar, qué fuentes de información son creíbles, e incluso cuántas hamburguesas pueden comer", dijo McConnell, en tono hiperbólico, durante su discurso ante la Convención Nacional Republicana, que se emite de forma virtual.
El líder republicano en el Senado es uno de los hombres más poderosos de Washington, y el principal artífice de la evolución del partido hasta un punto en el que se abrazan casi sin fisuras las posturas de Trump, al que McConnell describió en su discurso como "mi amigo".
Su referencia a las hamburguesas parecía ser una alusión al objetivo de los demócratas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente las procedentes del ganado.
McConnell, que se juega la reelección en noviembre, pidió a los estadounidenses preservar la mayoría republicana en el Senado porque su partido es "un cortafuegos contra los objetivos de (la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata) Nancy Pelosi".
"El Partido Demócrata de hoy no quiere mejorar la vida de la (clase) media en Estados Unidos. Prefieren decidir cómo debemos vivir nuestra vida. Quieren decirles cuándo pueden ir a trabajar", dijo en referencia al debate sobre las medidas necesarias para mitigar la crisis del coronavirus.
El senador por Kentucky también criticó que los demócratas "quieren dar cuidados de salud gratuitos a los inmigrantes" indocumentados, y "llenar el Tribunal Supremo de progresistas para erosionar nuestros derechos constitucionales".
McConnell habló poco antes de que el propio Trump pronunciara su discurso ante la convención para aceptar la candidatura presidencial del Partido Republicano y optar a un segundo mandato en las elecciones del 3 de noviembre, cuando se enfrentará al aspirante demócrata, el exvicepresidente Joe Biden.
El escenario del discurso de Trump era el jardín sur de la Casa Blanca, donde le esperaba un público de entre 1.000 y 1.500 personas, sentadas en sillas juntas y sin apenas mascarillas.