ROMA. ¿Gesto evangélico o gesto subversivo?, aún en un marco de absoluta ilegalidad, o una nueva línea operativa que se está abriendo espacio en la Iglesia del papa Francsico, interviniendo donde hay una crisis humanitaria sin hacer caso de las estructuras institucionales existentes, ignorando las consecuencias políticas y diplomáticas.
Son los interrogativos que se plantean acerca del clamoroso acto del limosnero del Papa, el cardenal polaco Konrad Krajweski, que reactivó la corriente eléctrica en un edificio ocupado ilegalmente por 450 personas que estaban sin luz desde hacia una semana, suspendida por una deuda de 300 mil euros con la compañía que abastece la capital italiana.
Al margen de su participación un convenio de Milán (norte de Italia), el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, “número dos” del Vaticano después del pontífice, intervino en en el “caso Krajweski” con su habitual diplomacia.
“Se han realizado muchas interpretaciones y se han producido muchas polémicas”, afirmó. Sin embargo, “habría que comprender el sentido de este gesto, que es llamar la atención de todos sobre un problema real que afecta a personas, a niños y ancianos”.
Según algunos medios como IlMessaggero de Roma, en la curia vaticana no todos aprueban el gesto de Krajweski, quien sin embargo cuenta con la plena confianza y apoyo de Francisco.
Algunos prelados no critican el gesto, sino el método utilizado, planteando un dilema ético y jurídico, con la preocupación por las posibles consecuencias, políticas, diplomáticas y a nivel popular.
La prioridad es evitar un incidente diplomático, considerando que Krajweski es formalmente un “ministro” de un Estado extranjero que cometió un acto ilegal en Italia. Stefano Fontana, director del Observatorio Van Thuan, criticó públicamente al purpurado polaco, diciendo que “una caridad realizada de manera irracional, no es caridad y produce daños”.
Por su parte, IlGiornale escribió que “un monseñor (no citó su nombre), dijo que “las intenciones eran buenas, un gesto de caridad hacia personas en dificultad para despertar a las instituciones sobre la emergencia habitacional, pero ¡no se puede ser tan imprudentes! Si todos hiciéramos lo mismo, ¿qué sucedería? No podemos dejar de tener en cuenta las leyes".
En el gobierno, el más intransigente es el derechista Matteo Salvini, ministro del interior y líder de la “Liga”, el cual dijo que “todos los edificios ocupados abusivamente deben ser desalojados porque se esta violando la ley, y mi deber es hacerla respetar”. Y afirmó que si el cardenal Krajewski “quiere pagar las deudas de todas las personas en dificultad, era suficiente que diera su número de cuenta corriente.