ASUNCIÓN. Los paraguayos votarán en su elección presidencial más incierta, en medio de acusaciones de corrupción y de penetración del crimen organizado, para elegir entre el economista Santiago Peña, del gubernamental Partido Colorado, y el abogado Efraín Alegre, al frente de una concertación de centro-izquierda.
Con posiciones opuestas tanto en política local como exterior, en las que Alegre cuestiona las relaciones diplomáticas con Taiwán y Peña las defiende, ambos coinciden, en rechazar la legalización del aborto.
Paraguay es de los pocos países que mantiene vínculos con Taiwán, pero poco después de la ruptura decidida en marzo por Honduras, Alegre consideró que esas relaciones “significan la pérdida de uno de los mercados más grandes, que es China”.
El derechista Peña, de 44 años, exministro de Economía y exmiembro del directorio del Banco Central, tiene ante sí el desafío de retener el poder para el Partido Colorado, que ha gobernado de manera casi ininterrumpida desde los años 1950 pero llega a estos comicios muy dividido, con algunos de sus más importantes líderes sancionados por EU por corrupción.
Alegre, que a los 60 años disputa la presidencia por tercera vez, se encuentra ante su mejor oportunidad, con el apoyo de una amplia coalición que lo eligió en primarias el pasado diciembre.
Las últimas encuestas plantean un empate técnico, un escenario inédito pues aunque en las anteriores elecciones de 2018 el actual presidente colorado Mario Abdo Benítez ganó con una diferencia de 3.7 por ciento a Alegre, sondeos le habían dado una diferencia más importante.
“Esto no se gana con encuestas, no se gana con currículum. Esto se gana con el voto popular que se manifiesta el día de las elecciones”, apuntó Peña en una entrevista.
UNA VUELTA
Las elecciones presidenciales en Paraguay son a una sola vuelta, por lo cual quedarán definidas este domingo a favor de quien obtenga la mayor votación y sin necesidad de una mayoría absoluta.
Los 4.8 millones de electores escogerán también el próximo parlamento de 45 senadores y 80 diputados, así como 17 gobernadores. La más reciente encuesta de la firma Atlas, realizada entre los días 20 y 24 de abril con un margen de error de 2 puntos porcentuales, dio una intención de voto de 34. por ciento a Alegre y 32.8 por ciento a Peña. En tercer lugar figura Paraguayo Cubas, un derechista antisistema, con una curva ascendente que lo lleva hasta 23 por ciento.
Pero será la conformación del Congreso la que determine la gobernabilidad, con un Partido Colorado que puede deslindarse en dos bancadas, entre los que apoyan al exmandatario Horacio Cartes (2013-2018), sancionado por corrupción por EU y padrino político de Peña, y los del presidente Abdo, abiertamente enfrentados.
“La peor oposición que va a tener Peña, si gana, va a ser dentro de su partido, no fuera de él”, comentó el analista político Sebastián Acha.
Corrupción y penetración del crimen organizado figuran en la lista de acusaciones mutuas de las dos corrientes del oficialismo, con el vicepresidente Hugo Velázquez sancionado también por EU.
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El próximo gobierno deberá encarar el combate a la pobreza y las desigualdades en un entorno económico global poco favorable. Con una economía impulsada por las exportaciones de productos agrícolas, el Banco Central prevé en 2023 un crecimiento de 4.8 por ciento del PIB. El FMI lo calculó en 4.5 por ciento, uno de los más altos de América Latina.
Pero la pobreza alcanza a 24.7 por ciento de los 7.5 millones de habitantes y la pobreza extrema a 5.6 por ciento, según la encuesta de hogares de 2022 por el Instituto Nacional de Estadísticas.