PARIS, Francia – Si el referéndum por la independencia de Cataluña moviliza un millón de personas, puede ser considerado como un “éxito desbordante”, afirmó ayer el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez.
“Nos gustaría que participara más gente, pero es evidente que el cerco del gobierno español nos pone un listón muy alto. Con esta beligerancia [de Madrid], un millón de personas sería un éxito desbordante”, precisó Sánchez.
La cifra prudente enunciada por uno de los principales líderes de la corriente secesionista representa una sensible baja de las expectativas creadas en los últimos días por los dirigentes independentistas e incluso de las consultas precedentes. Unas 5,3 millones de personas están inscritas para votar este domingo, lo que significaría una participación de 20% del electorado. Si se cumplen esos pronósticos, también marcarían un retroceso con respecto a la consulta del 9 de noviembre de 2014, en la que votaron más de 2,3 millones de personas.
Un resultado de ese orden sería interpretado como una desautorización de la línea dura impulsada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y los partidos soberanistas más activos, como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la coalición formada por el Partido Demócrata Europeo de Cataluña (PdeCAT) y la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
A medida que se acerca la hora de la votación, el desafío lanzado por los soberanistas al Estado español ha ido perdiendo popularidad en forma acelerada: los partidarios de realizar el referéndum cayeron de 41 a 39%.
Los catalanes están cada vez más convencidos de que el resultado de la consulta –en caso de que se pueda celebrar– no puede tener valor legal ni contará con la fuerza política mínima para proclamar la independencia: 40% de los catalanes no creen que se pueda celebrar la elección con normalidad en todo el territorio de la región autónoma y casi dos tercios (61%) consideran que el referéndum no puede ser considerado válido internacionalmente, según una encuesta del instituto Metroscopia para el diario El País.
La voluntad independentista de los catalanes, que había llegado a su apogeo en las elecciones autonómicas de 2012 con 48,5% de popularidad, empezó a declinar progresivamente hasta llegar a 34,7% a mediados de este año, según el Barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat.
Otra cifras es aun más significativa: 82% de los catalanes estiman que la mejor forma de resolver el diferendo es que se celebre un referéndum pactado entre Cataluña y España, y plenamente legal.
En ese contexto, la negociación entre Madrid y Barcelona, a partir del lunes próximo lunes, es tal vez la solución más razonable que aparece en horizonte político para evitar que la actual crispación se transforme en una división irreparable.