En el extremo oriental de Cuba, se puede encontar la historia de dos ciudades: Guantánamo, la ciudad y Guantánamo, la base naval de los EU. Ambas son testimonio del abismo entre los dos países y sus culturas.
En la base, los uniformes son de camuflaje. En la ciudad, son para la escuela o los deportes. Las revistas y los libros ocupan el tiempo libre de los que están en la base, mientras que en la ciudad, los cafés, los desfiles y el dominó desempeñan ese papel.
Vecinos distantes
La base tiene más de un siglo de antigüedad, pero el gobierno cubano que llegó al poder con la revolución de 1959 la considera ilegal según el derecho internacional. La decisión de EU en 2002 de enviar a sospechosos extranjeros de terrorismo a un campo de detención recién construido en la base, aumentó las tensiones.
Ahora, el presidente de EU, Donald Trump, ordenó recientemente que el centro permanezca abierto después de que su predecesor, Barack Obama, intentara sin éxito cerrar la prisión ampliamente condenada. Su población se sitúa en 41 reclusos.
A sólo 18 millas (29 km) de distancia, la base en la bahía con 5 mil 500 empleados y la ciudad interior de 217 mil personas no se mezclan. Sus estaciones de radio relatan sus vidas separadas y distintas.
Radio Reloj, por ejemplo, una estación administrada por el gobierno cubano, promueve la cultura de Cuba bajo el liderazgo comunista de la isla. Enaltece las virtudes de un nadador de 20 años que califica para el Campeonato mundial de deportes acuáticos en Budapest, así como las exportaciones de papa en pleno auge a América Latina. El sonido de un reloj que marca tic-tac, zumba debajo de los anuncios.
Sin embargo, en la base naval de los EU, Radio Gitmo atiende a una comunidad de expatriados, ofrece consejos sobre la cantidad óptima de alcohol que se debe consumir después de la cena y advierte de los efectos negativos de alimentar a la población de iguanas de la bahía.
Los dos Guantánamos capturan los marcados contrastes de las poblaciones vecinas sin apenas comunicación entre ellos. Aún así, pequeños filamentos de similitud podrían encontrarse. En la base, un soldado estadounidense patrulla el área, mientras que un retrato del héroe revolucionario cubano Che Guevara adorna una pared de la ciudad.
Una celda austera y sin ventanas para los detenidos contrasta con la gente que juega al dominó fuera de sus casas al atardecer. Un preso solitario camina a lo largo de un oscuro bloque de celdas, mientras que un grupo de pasajeros viaja en el autobús local.
Guantánamo es una cruda mezcla de orden militar o alegría espontánea, búnkeres o puertas azules brillantes, mar Caribe o campos de caña de azúcar.