PARÍS. El presidente Emmanuel Macron comienza a renacer de las cenizas gracias a la protesta de los chalecos amarillos, y ahora espera aprovechar las elecciones europeas del 26 de mayo para consolidar su recuperación política.
Desde que empezó el movimiento sin precedentes de los chalecos amarillos, Macron recuperó 11 puntos en los sondeos y se forjó una nueva imagen de estadista.
El cambio de tendencia obedece, en gran medida, al impacto favorable que tuvo el gran debate nacional lanzado en respuesta al principal reproche del movimiento de que nadie escucha al pueblo.
Aunque perdió dos puntos en la última serie de encuestas, el cambio de tendencia logrado entre enero y febrero parece irreversible, por lo menos a corto plazo. En todo caso, le dio el impulso necesario para salir de las profundidades del infierno político en el que había caído apenas 18 meses después de acceder al poder.
Para aprovechar esa dinámica, a dos meses de las elecciones para renovar el Parlamento Europeo, resolvió ponerse al frente del bloque progresista del continente para resistir la arrolladora ofensiva nacionalista, populista y de extrema derecha que pronostican los expertos.
"Nunca desde la Segunda Guerra Mundial, Europa ha sido tan necesaria. Ni ha estado tan en peligro”, advirtió en una carta divulgada en todos los idiomas del continente, que fue publicada ayer en los principales periódicos de cada país.
El documento, titulado “Para un renacimiento europeo”, también parece aludir a su situación política dentro de Francia.
Su plan de 10 iniciativas propone crear una agencia europea de protección de la democracia, prohibir la financiación de los partidos políticos por potencias extranjeras, una reforma total del espacio Schengen para mejorar el control de las fronteras sin afectar la circulación de las personas y las mercancías dentro de la UE, aumentar los presupuestos de defensa, adoptar un “salario mínimo adaptado a cada país y discutido colectivamente cada año”, crear un banco europeo para la transición ecológica, supervisar las grandes plataformas de internet, impulsar la innovación tecnológica y prohibir las operaciones de aquellas empresas que “atenten contra nuestros valores, normas ambientales, protección de datos o el justo pago de impuestos".