Un grupo de 40 mariachis viajó a Uvalde, Texas, para rendir un concierto en homenaje a los 19 estudiantes y dos profesoras que murieron durante el tiroteo en la Escuela Primaria Robb.
En una de las plazas de la ciudad, se congregaron músicos, cantantes y pobladores para darle el adiós a las víctimas, que en su mayoría eran niños y niñas.
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El mariachi es conocido en diversas partes del mundo por acompañar a la gente en momentos de celebración, como fiestas o festivales, pero también forman parte de los sepelios, donde se despide a los seres queridos.
Anthony Medrano, violinista y organizador del evento, considera que estas agrupaciones son una extensión del clero y ayudan a consolar y dar esperanza a quienes han sufrido una pérdida, así lo declaró para el San Antonio Report.
En conjunto con el artista visual Cruz Ortíz, Medrano aseguró que se acercó a su comunidad para explicar el proyecto, la cual respondió rápidamente para ofrecer toda la ayuda posible.
“Todos han querido venir, me han preguntado ¿qué puedo hacer? Los músicos con los que he hablado, están llorando conmigo por teléfono. Es así de personal”, dijo Medrano al medio estadounidense.
Para esta ocasión, Ortíz y Medrano escribieron una balada titulada El Corrido de Los Ángeles de Uvalde, en la que se describe el dolor que ahora existe en toda la comunidad.
Te vas ángel mío, ya vas a partir
Dejando mi alma herida
Y un corazón a sufrir
Te vas y me deja un inmenso dolor
Recuerdo inolvidable me ha quedado de tu amor
Durante la tarde de este miércoles se cantaron ésta y más canciones de luto junto con la comunidad, misma que entre lágrimas realizaron el ritual de despedida.
Entre los músicos estuvo presente Mateo López, un pequeño de 7 años que fue reconocido por el Libro Guinness como el mariachi más joven del mundo. Mateo nunca había actuado en un evento de este tipo, sin embargo, consideraron que su presencia sería de gran importancia.
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Al finalizar la actuación, los mariachis observaron en silencio los monumentos donde se habían dejado flores y juguetes para rendirle un último acto de respeto a las víctimas.