París, Francia.- Al resistir con brío al bombardeo retórico de su rival socialdemócrata Martin Schulz, que había prometido demolerla frente a las cámaras de televisión, la canciller Angela Merkel consolidó sus posiciones para obtener una clara victoria en las elecciones legislativas del 24 de septiembre en Alemania.

En el único debate televisado de la campaña, que duró 90 minutos y congregó más de 20 millones de telespectadores, en ningún momento Schulz logró poner en dificultades a la líder democristiana que aspira a ser elegida para un nuevo mandato de cuatro años.

Schulz, en realidad, había perdido antes de comenzar, pues 13 horas antes del debate su partido SPD cometió un error colosal al difundir por internet un anuncio que decía: “Merkel pierde ante Martin Schulz – comprensible”.

Aunque fue retirado de inmediato, la CDU democristiana difundió por las redes sociales una captura de pantalla de ese mensaje y viralizó el tema que puso al rojo vivo la red.

“Perdón por la confusión […] y por este error vergonzante”, reconoció el SPD en un comunicado oficial.

Gracias a esa “ayuda” involuntaria de su rival, Merkel apareció ante las cámaras segura y decidida  —vestida con una simple chaqueta de color azul eléctrico sobre una blusa blanca y tocada con un discreto collar plateado—, mientras que Schulz lucía traje y corbata azul petróleo sobre una camisa blanca.

La canciller, que lleva entre 14 y 18 puntos de ventaja en los sondeos,  tomó la iniciativa al afirmar que era partidaria de poner punto final a las negociaciones sobre la adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE).

En un país que tiene 4 millones de habitantes de origen turco, esa posición causará el impacto de una bomba, pero puede asegurarle el respaldo del resto de la población. Numerosos alemanes se sintieron humillados en los últimos meses por las declaraciones agresivas y las amenazas proferidas por el presidente Racep Tayyip Erdogan.

Siempre en actitud ofensiva, Schulz, de 61 años, atacó a la canciller por su política migratoria y por no haber involucrado a Europa desde el comienzo de la crisis.

Pero Merkel (63) replicó defendiendo la apertura de las fronteras para recibir a las miles de personas que “estaban atrapadas en Hungría”.

"Tenía cero esperanza de que [el primer ministro húngaro, Viktor] Orban fuera a abrirles el paso”.

Al debatir la situación económica alemana y la cobertura del sistema de protección social, Schulz tuvo que reconocer que el país pasa por un momento de prosperidad, pero afirmó que esa bonanza no llega a todos los habitantes.

En cambio, apoyada en estadísticas comprensibles para todo el mundo, Merkel demostró el país se encontraba en una fase de “prosperidad excepcional”.

Con respecto a la crisis de Corea del Norte, ambos abogaron por una solución pacífica al problema suscitado por los ensayos nucleares del régimen de Kim Jong-un.

Sin embargo, Schulz fue más vehemente al señalar que  —debido a su imprevisibilidad—  Donald Trump no era el dirigente indicado para resolver ese conflicto.

Schulz cometió un nuevo error al concentrar su mensaje final en la situación de Europa, mientras que Merkel optó por abordar los problemas concretos de los alemanes y en prometer “respuestas fuertes” a los mayores reclamos de la sociedad.

Una encuesta realizada al término del debate mostró que Merkel había sido considerada ganadora del duelo por 64% de los espectadores.

Solo 17% atribuyó la victoria a Schulz, mientras que 19% se declaró indeciso.

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