En México también los niños migrantes son detenidos y separados de sus familias y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) considera que la detención no es la solución para contrarrestar el flujo de migrantes que cruzan la frontera con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
“Nos preocupa por su situación aquí en México, donde no hay alternativas a la detención. Los niños están detenidos y las autoridades no ven otra opción de detenerlos o retornarlos o deportarlos”, dice Christian Skoog, representante de UNICEF en México.
En entrevista con El Sol de México, el funcionario de la ONU comenta que al igual que en Estados Unidos, México no sólo detiene a los migrantes en sus estaciones migratorias donde pueden pasar varios meses si deciden solicitar el asilo, sino también separan los niños de sus padres.
“Es una cárcel. Si visitas la estación migratoria es como una cárcel con grandes puertas, todo cerrado. Es una experiencia muy difícil. Me he entrevistado con al menos 50 niños durante los últimos años y huyeron de una situación muy difícil que vivían en su país. Huyen de la violencia. Algo muy traumático. Llegan a México y los encierran en estas estaciones migratorias y después de uno o dos días, dicen: ‘Prefiero regresar. Esto está peor’. No saben lo que va a pasar. Están encerrados y quieren salir”, explica Skoog.
Si bien admite no haber visitado los centros de detención de migrantes en Estados Unidos, Christian Skoog asegura que, por lo que ha visto y escuchado, la situación es similar en México. Las autoridades migratorias mexicanas también separan a las familias migrantes, aunque esta separación se hace en la misma instalación de la estación migratoria.
“No es el mismo trauma, porque los niños saben que sus papas están del otro lado, aunque no tengan contacto. En EU, dicen que van a reunir a las familias separadas, pero no saben dónde está el niño, puede estar a miles de kilómetros o en otro estado”, relata.
Una diferencia muy importante es que en México los niños migrantes menores de 12 años se quedan con la mamá, mientras que los adolescentes tienen su espacio específico y los padres también, aunque en la misma estación migratoria. Los adolescentes y los padres no tienen contacto con el resto de su familia.
Skoog considera que el hecho de que los menores se quedan con su madre es mejor, tampoco está de acuerdo con la detención.
“Al menos los niños menores se quedan con la madre”, afirma, pero lamenta que los niños no puedan tener acceso a su padre y los adolescentes no puedan ver a sus papás.
“No es la misma separación que en Estados Unidos, porque aquí la madre se queda con los niños menores, pero hace falta que haya la unión de la familia durante todo el proceso”, comenta.
Si la familia no pide asilo, se regresan muy rápidamente a su país. De hecho, se estima que 138 mil niños migrantes fueron detenidos y procesados para luego ser deportados por las autoridades mexicanas en los últimos cinco años.
Cuando piden asilo, estas personas tienen derecho de quedarse en México y el proceso debe ser resuelto dentro de tres meses, pero, de acuerdo con Skoog, muchas veces se tardan mucho más tiempo.
“Pueden quedarse hasta seis meses o tal vez más en la estación migratoria y eso es muy difícil. No deberían estar en la estación y menos cuando hayan iniciado el proceso de asilo”, señala el representante de UNICEF.
Los migrantes, quienes provienen en su gran mayoría de Centroamérica, especialmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, huyen de situaciones difíciles, de una creciente violencia causada por el crimen organizado o de la falta de oportunidades en sus países.
La mayoría quiere ir a Estados Unidos, pero muchos se quedan en México en el camino. Una vez que iniciaron su proceso de asilo, Christian Skoog considera que estas personas puedan vivir normalmente dentro del país.
“Hay que encontrar otras opciones en las que sí haya control y monitoreo para saber dónde se encuentran los solicitantes de asilo, pero tienen la posibilidad de vivir una vida mucho más libre y normal. Hay familias de acogida, hay centros abiertos públicos y privados, estamos viendo la posibilidad de buscar departamentos para los adolescentes bajo una supervisión de alguien en el mismo sitio”, explica.
UNICEF trabaja actualmente para buscar otras alternativas a la detención de los migrantes, porque estas personas no han cometido ningún delito en el país, por lo que en Tabasco se está organizando albergues y centros abiertos públicos y privados para darle espacio mucho más apropiado a estos migrantes.
También se colabora con los países de origen de estas personas para que haya un mejor desarrollo, más oportunidades y mejores condiciones de vida, mientras que con los consulados de México en Estados Unidos se está capacitando a los funcionarios para que proteger los derechos de la niñez y ayuden a los niños migrantes.
En 2015 y 2016 se notó un pico importante de migrantes que cruzaron la frontera sur mexicana con la intención de llegar a Estados Unidos, pero desde que llegó Donald Trump a la presidencia de ese país, se reportó una reducción de estas personas debido a una política más firme y un casi cierre de las fronteras para los centroamericanos y mexicanos que no tienen documentación o visa.
“Si le piden que les enseñe la visa y que no la tienen, no pueden entrar, ni tienen la posibilidad de ser escuchados. Antes no era así. Como la política ya es más firme, hay menos niños y adultos que llegaron a México también porque muchos tienen la intención de llegar a Estados Unidos. Muchos decidieron esperar o encontrar otras rutas para llegar allá”, indica Skoog.
No obstante, los migrantes, especialmente los niños no acompañados de adultos, se esconden de las autoridades y buscan otros caminos más peligrosos para que no los agarren, alerta el representante de UNICEF, lo cual los expone a mayores riesgos porque los criminales se pueden aprovechar de ellos.