Bogotá, Colombia.- Miles de colombianos salieron el sábado a las calles de las principales ciudades para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, en la cuarta jornada de protestas contra una reforma fiscal del gobierno que dejan al menos cuatro muertos y cientos de heridos.
Los sindicatos y organizaciones sociales iniciaron el miércoles protestas en el país de 50 millones de habitantes para exigir al gobierno del presidente Iván Duque el retiro de un proyecto de reforma tributaria que presentó al Congreso para subir los impuestos.
Los disturbios y los actos más graves de vandalismo se han registraron en Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca y la tercera ciudad más poblada del país, en donde tres personas murieron y encapuchados atacaron sucursales bancarias, oficinas gubernamentales, saquearon establecimientos comerciales e incendiaron estaciones de transporte público y autobuses.
"Perder vidas es siempre una situación y una circunstancia muy dolorosa. Durante los tiempos de revuelta han fallecido tres personas", dijo en una declaración a través de sus redes sociales el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, al solicitar a la Fiscalía General investigar los hechos para establecer de dónde salieron las balas que causaron las muertes.
Aunque organizaciones como Human Rights Watch denunciaron posibles abusos policiales en medio de las manifestaciones y grupos locales reportaron 14 muertos, la Policía Nacional respondió que ha sido respetuosa de los derechos humanos durante las protestas, así como de los protocolos y las leyes de Colombia.
Un oficial de la policía apuñalado por desconocidos cuando intentaba impedir saqueos y actos vandálicos en la ciudad de Soacha, en el sur de Bogotá, murió el viernes en la noche en una clínica.
En Bogotá, Medellín, Neiva, Popayán y Pasto, también se han registrado actos de vandalismo y enfrentamientos entre manifestantes y la policía. La Defensoría del Pueblo reportó que 179 civiles y 216 policías han resultado heridos en todo el país durante las protestas en las que se han destruidos bienes públicos y privados.
Las movilizaciones y las protestas continúan pese a que el presidente Duque anunció el viernes al anochecer que la reforma excluirá de impuestos a los alimentos, a los servicios públicos y no aumentará el número de personas obligadas a pagar tributos.
Pese al llamado para que retire el proyecto del Congreso y al rechazo de los partidos políticos, el Gobierno insiste que la reforma es necesaria e inaplazable para estabilizar las finanzas públicas, mantener los programas de asistencia social y conservar el grado de inversión del país por parte de las agencias calificadoras de riesgo.