El mes de tensiones entre grupos civiles y militares del Gobierno de Sudán culminó este lunes con un golpe de Estado, que zanjó el proceso de transición democrática que el país inició en 2019 tras la caída de Omar al Bashir.
El Ministerio de Información dio a conocer que a primera hora del día un grupo de militares detuvo a varios ministros del Gobierno, así como a miembros del componente civil del Consejo Soberano, principal órgano de poder en la transición del país africano.
Pocas horas después, la oficina del primer ministro confirmó que se desconoce el paradero tanto el primer ministro, Abdalá Hamdok, como de su esposa, y responsabilizó a "los líderes militares" de la vida y seguridad del mandatario y de su familia.
De la misma manera, denunció lo ocurrido como "un golpe completo contra lo que la revolución ha logrado con la sangre en busca de la libertad, la paz y la justicia", refiriéndose a la revuelta popular que terminó con la dictadura de Al Bashir, derrocado por militares luego de protestas que se extendieron durante meses.
Fin del consenso
Abla Karar, miembro de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FLyC), principal agrupación civil del Gobierno transitorio, dijo a la agencia EFE que los ministros de Industria, Asuntos del Consejo de Ministros, Cultura e Información, Comunicación, además de un integrante civil del Consejo Soberano y otro de las FLyC, así como el gobernador de Jartum también fueron puestos bajo arresto.
Las detenciones se dieron con sólo unas horas de diferencia con la visita al país del enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, quien mantuvo reuniones durante el fin de semana con las principales autoridades civiles y militares, a quienes pidió cooperación para superar sus diferencias y proteger la transición.
La tensión entre ellos había ido en aumento desde que el pasado 21 de septiembre el Ejército aseguró haber abortado una intentona golpista, de la que Hamdok responsabilizó a los "remanentes" del régimen de Al Bashir dentro y fuera de las Fuerzas Armadas.
Entonces el primer ministro aseguró que se requería "reformar los órganos militares y de seguridad", lo que provocó el descontento de la cúpula militar y dio pie al intercambio de acusaciones, la interrupción de comunicaciones entre civiles y el cuerpo castrense, y protestas en las calles durante las semanas pasadas.
Disuelven órganos y declaran Estado de Emergencia
El golpe de Estado alcanzó su cumbre este lunes con el anuncio por parte de el general Abdelfatah al Burhan, presidente del Consejo Soberano, de la disolución del Consejo de Ministros y del propio consejo que él preside, entidades que equilibraban el poder entre civiles y militares.
El general transmitió su discurso por televisión, luego de que el Ejército se hiciera con las sedes de la radio y televisión estatales de Sudán y detuviera a varios empleados.
Además de la disolución de órganos, Al Burhan declaró Estado de Emergencia en todo el país, así como la suspensión de varios artículos del documento constitucional que respaldó la transición, incluyendo la creación de un comité para desmantelar el régimen de Al Bashir, que de esta forma ha sido eliminado.
"Afirmamos que las Fuerzas Armadas continúan por el camino de la transición democrática hasta la entrega del liderazgo del país a un Gobierno civil elegido que alcance las aspiraciones" del pueblo sudanés, aseguró Al Burhan.
El general se comprometió a celebrar elecciones generales en julio de 2023, a pesar de que estaban previstas para principios de 2024, y aseguró que hasta entonces un gobierno de "figuras nacionales independientes" asumirá el poder, sin ofrecer más detalles de cómo será elegido.
Al Burhan justificó el movimiento de hoy por el "conflicto" y la "división" dentro de los órganos del Gobierno, que representaban "un peligro inminente que amenazaba la seguridad de la patria y su unidad", en sus palabras.
Golpe de Estado genera nuevas protestas
Luego de las primeras noticias sobre los arrestos, varios puntos de Sudán registraron manifestaciones multitudinarias, en las que miles de personas cerraron carreteras y quemaron neumáticos; en Jartum, la capital, el Ejército movilizó una gran cantidad de efectivos como respuesta.
Por su parte, el Ministerio de Información acusó a los militares de disparar balas contra los manifestantes que protestaron contra el golpe frente a la Comandancia General del Ejército.
El Comité Central de Médico, encargado de atender a los manifestantes y contabilizar las víctimas desde la revolución, apuntó que al menos tres personas perdieron la vida "por disparos de las fuerzas del consejo militar golpista" y más de 80 resultaron heridas tras las protestas de este lunes.
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Por su parte, las Fuerzas de la Libertad y el Cambio rechazaron "totalmente" el golpe en un comunicado e hicieron "un llamamiento a las masas del pueblo para que salgan a las calles con el fin de preservar su revolución".
Además, anunciaron "la desobediencia civil en todas las instituciones estatales y en todo el país" hasta que sean liberados los dirigentes detenidos y los militares entreguen el poder a un gobierno civil.
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