Niños jugando en una habitación, adultos preparando la cena, juguetes esparcidos por el suelo de la salita… una escena habitual en una casa familiar. Pero en esta casa viven mujeres que no son pareja y niños que no tienen ningún parentesco familiar: son las "mommunes", un término que resulta de la unión de las palabras mamá y comuna en inglés.
Es decir, comunas de madres solteras, una opción habitacional para familias monoparentales que desean, o necesitan, compartir hogar, gastos y crianza.
Tras divorciarse, Carmel Sullivan-Boss continuó viviendo en Colorado, Estados Unidos, con su hijo. Decidieron mudarse a Los Ángeles, para estar más cerca de la familia, pero Sullivan seguía sintiéndose sola. Así que, decidió buscar otras madres solteras para convivir con ellas.
"Madre soltera busca otra madre soltera para optimizar recursos y compartir una casa con jardín. Trabajemos juntas para crear un ambiente seguro para nuestros hijos", decía el anuncio que publicó en el portal Craiglist, según el Washintong Post.
De esa primera experiencia nació la plataforma CoAbode, en el 2000. Algunas otras iniciativas han seguido su ejemplo.
Compartir gastos y apoyo
Uno de los casos de éxito que presenta CoAbode es el de Shawn y Darcie en Washington, en EU. "Como nuestros hijos son hijos únicos, ha sido muy bueno para ellos tener una atención fraternal y aprender que no son el centro del universo", se recoge en sus testimonios. "Y aquí estamos para apoyarnos la una a la otra tanto como podamos", añaden.
En la actualidad se contabilizan alrededor de 15 millones de madres solteras en Estados Unidos, según un estudio del PEW Research.
Según la página de CoAbode, el 33% de las familias del país son monoparentales con una mujer como única cuidadora.
En el país, las madres solteras representan uno de los mayores grupos en riesgo de pobreza. El 30% de ellas viven bajo el umbral de la pobreza, según estadísticas del censo nacional del año 2018.
A la situación económica delicada en la que se pueden encontrar algunas de estas mujeres se suma la asunción total de las responsabilidades derivadas de los hijos. Y, aunque muchas consiguen hacerse con la situación, la carga llega a ser demasiado.
Además, todos estos factores pueden llevar a la madre a "aislarse" por falta de tiempo u oportunidad o a sentirse solas.
Estas iniciativas están abiertas a estas madres, a las que buscan compartir gastos y también crianza.
A todas aquellas madres que por la razón que sea - divorcio, viudedad, no reconocimiento de los hijos por parte del padre o ser víctima de violencia de género- quieren pertenecer a una comunidad.
Convivencia
CoAbode hace que encontrar esa "comunidad" sea más fácil a través de su plataforma. El mecanismo es sencillo. Las interesadas deben registrarse en la página web de la iniciativa. Tras el registro inicial, deben rellenar un formulario con información sobre ellas, sus hijos, sus filosofías de crianza, dónde quieren vivir y de qué presupuesto disponen para el alquiler. A partir de ahí, pueden buscar otras madres compatibles.
Esta plataforma aboga por que las mujeres interesadas en compartir se conozcan antes y pasen bastante tiempo juntas, incluso en sus propias casas, para que todos los miembros de la familia se conozcan para que estén seguras antes de dar el paso.
Y también aconsejan que las madres se muden a una casa nueva juntas, en lugar de que una se traslade a la residencia de la otra.
Aunque cuentan numerosos éxitos, la convivencia puede no resultar sencilla. En un medio estadounidense, Sullivan-Boss relató algunos casos en los que las cosas no salieron bien.
En uno de ellos, una niña de nueve años, hija de una de las madres, se “enamoró” del hijo de 12 años de otra de ellas.
"Las madres sentían que tenían que supervisarlos la mayoría del tiempo y finalmente decidieron poner fin a la convivencia", cuenta.
En otro caso, el horario de trabajo de una de las madres acabó pasando factura a la otra, que acabó asumiendo el cuidado de los niños de manera desproporcionada.
RoommateswithKids (RWK) es otra de las plataformas que facilitan la formación las "mommunes".
RWK tiene alrededor de siete mil miembros y su fundadora, Blake Reed, aseguró a la BBC que, al menos el 70% de ellos son madres solteras.
Ella dice que, ante el aumento del coste de vida en algunos lugares, compartir casa es una opción para no tener que mudarse a un barrio peligroso o para que los hijos puedan acudir a la escuela que ellos quieren, ya que el distrito escolar va por código postal.
La propia Blake es “usuaria” de una "mommune". Para ella, según cuenta al medio británico, no era sólo una cuestión financiera.
"No tengo mucha familia, así que quería un pueblo para mi hijo. Quiero compartir algo de responsabilidad, pero también la alegría", afirmó Blake.