QUITO. Al menos 75 personas murieron y decenas resultaron heridas como consecuencia de una serie de motines en tres cárceles de Ecuador, que el gobierno consideró que fue “concertada” por organizaciones criminales para “generar violencia”.
Las autoridades confirmaron incidentes en tres cárceles en las ciudades de Latacunga, Guayaquil y Cuenca, y el despliegue de grupos tácticos de la Policía para contener la violencia. También desplegaron militares en las inmediaciones de los centros para apoyar las operaciones.
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El número de heridos asciende a decenas pero no hay un cifra clara porque ayer las ambulancias seguían entrando a las prisiones a retirar heridos y muertos.
En una rueda de prensa en Quito, el jefe de prisiones, Edmundo Moncayo, atribuyó los motines a rencillas entre al menos dos bandas criminales que se disputan el control de las prisiones, lo que obedece probablemente al vacío que se generó tras el asesinato en diciembre pasado de un reo que había sido liberado, José Luis Zambrano, alias “Rasquiña”.
Cabecilla de una temida organización conocida como “Los choneros”, “Rasquiña” fue asesinado en la ciudad costera de Manta, lo que habría despertado la ambición asumir el poder de otras bandas criminales en las penitenciarías.
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La reyerta se produjo de forma paralela en las tres cárceles, que concentran, según el funcionario, “el 70 por ciento” de la población penitenciaria de todo el país, donde hay alrededor de 60 prisiones.
En su informe preliminar, señaló asimismo que los motines se produjeron tras una requisa efectuada la víspera por personal penitenciario, que encontró armas de fuego con las que, presumiblemente, se pretendía atentar contra líderes de una de las bandas en disputa.
La situación en las tres cárceles, en Cuenca, Guayaquil y Cotopaxi, estaba ya controlada por la tarde con la ayuda de los refuerzos policiales y militares, aunque los familiares de algunos de los presos concentrados a las puertas de una de ellas aseguraban lo contrario que “seguían los asesinatos”.
En la de Guayaquil, había dramáticas escenas de padres, madres y hermanos que habían acudido a verificar el estado de sus familiares recluidos.
“¿Dónde está mi hijo, dónde está mi hijo?”, gritaba una mujer mientras sollozaba abrazada a un familiar.
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Decenas acudieron a las puertas de esa penitenciaria, vigilada por fuerzas militares desplegadas para contener la situación, y mientras ambulancias entraban y salían con cadáveres y heridos.
Al drama por el alto número de muertos y heridos, se sumaron a lo largo del día numerosos vídeos difundidos por redes sociales, e incluso informaciones oficiales, sobre la brutalidad de los enfrentamientos entre las bandas.
Según uno de los organismos policiales, habrían sido decapitadas hasta 20 personas, informó la televisión Ecuavisa.
Los motines en las prisiones de Ecuador no son un fenómeno nuevo, y de tanto en tanto se producen casos por todo tipo de razones.
En agosto pasado Moreno declaró un estado de excepción en el sistema carcelario del país ante lo que definió como un “caos” generado por “mafias” en el interior de los centros penitenciarios.