La política de Estados Unidos de separar a los hijos de padres que cruzan la frontera en busca de asilo o sin documentos constituye tortura, además de que dejará una “mancha indeleble” en la reputación de este país, indicó Amnistía Internacional (AI).
En un comunicado emitido este lunes, el grupo civil expresó que las imágenes de niños mantenidos en jaulas como resultado de la política de “tolerancia cero” del procurador general, Jeff Sessions, son además “nauseabundas”.
Esta es una política espectacularmente cruel, donde niños asustados son arrancados de los brazos de sus padres y llevados a desbordar centros de detención, que son en realidad jaulas. Esto es nada menos que tortura
Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional para América
La representante añadió que los funcionarios han infligido intencionalmente y con fines disuasivos un severo sufrimiento mental a niños y a sus familias, lo que “significa que estos actos cumplen con las definiciones de tortura según el derecho estadunidense y el derecho internacional”.
Apuntó que la política, diseñada a fin de disuadir la migración, es aplicada a familias que provienen de países que sufren violencia generalizada y graves violaciones de los derechos humanos, como Honduras y El Salvador.
Esta es una violación flagrante de los derechos humanos de estos padres e hijos y también es una violación de las obligaciones de Estados Unidos en virtud de la ley de refugiados
Tolerancia cero
Desde que a principios de abril entrara en vigor la política de tolerancia cero, más de dos mil niños han sido separados de sus padres o tutores legales en la frontera de Estados Unidos.
AI puntualizó que los “derechos de los niños son violados de múltiples maneras: son detenidos, separados de sus padres o tutores, y expuestos a traumas innecesarios que pueden afectar su desarrollo”.
Datos obtenidos por medios de comunicación sugieran además que miles de familias migrantes pudieron haber sido separadas por el gobierno del presidente Donald Trump incluso antes de esta nueva política.
AI entrevistó recientemente a 17 padres solicitantes de asilo que fueron separados por la fuerza de sus hijos, y todos menos tres de ellos habían ingresado legalmente a Estados Unidos para solicitar asilo.
Esta práctica cruel e innecesaria se está infligiendo no solo a las familias que cruzan de forma irregular, sino también a quienes buscan protección en los puertos de entrada
La representante aseveró que el gobierno de Estados Unidos está aplicando “un juego enfermo” con la vida de estas familias, a las que utiliza de manera política, pese a que su situación es parte de “una grave y creciente crisis de refugiados”.
AI llamó al gobierno a que ponga fin de inmediato a esta “política innecesaria, devastadora e ilegal de separación forzada”, y a que reúna a las familias que ya han sido separadas lo más rápidamente posible.