MANAGUA. El Gobierno de Nicaragua cargó contra los periodistas a los que acusó de “inventar cualquier cosa para sembrar el terror”, los tildó de “malignos”, “hipócritas”, “destructores”, “criminales”, “terroristas de la comunicación”, y agradeció a Dios que van “queden unos cuantos miserables”.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en una alocución a través de medios oficiales, señaló a los periodistas de que sus “plumas están llenas de odio” y que de esa misma forma los ve el Gobierno que preside su marido, el sandinista Daniel Ortega.
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“Así los vemos y así los repudiamos”, sentenció Murillo, que entre otros epítetos llamó a los comunicadores “chachalacas" y “urracas parlanchinas”.
“Las chachalacas, las urracas parlanchinas, todos los días inventan cualquier cosa para sembrar terror en la gente. Qué calidad humana la que muestran las chachalacas, las urracas parlanchinas, si no es una cosa es otra, pero siempre están queriendo instalar temor”, lanzó la también coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía.
“Y nuestro pueblo sabe cómo mienten, nuestro pueblo sabe cómo son de malignos, de hipócritas, de destructores, de criminales, de terroristas, y terroristas de la comunicación también”, continuó.
La esposa del presidente Ortega, quien busca su tercera reelección consecutiva en los comicios del 7 de noviembre próximo, dijo que los medios de comunicación no oficiales “son espacios de destrucción masiva”.
También hizo énfasis “en todos esos espacios mediáticos que tienen una sola perspectiva, un sólo enfoque imperialista y colonialista, y que responden a los intereses y a los designios de los colonialistas y los imperialistas”.
Las declaraciones de Murillo se dan luego de conocerse esta semana que un tercer periodista abandonó Nicaragua por temor a perder su libertad en medio de una ola de detenciones contra varios dirigentes políticos opositores, incluido dos comunicadores que habían anunciado sus intenciones de aspirar a la Presidencia.
“Gracias a Dios se va acabando y va quedando en unos cuantos miserables, que la razón y el corazón, si acaso tienen, les llevará a bajar el volumen y a apagar esas voces llenas de malignidad”, puntualizó la vicepresidenta.
El periodista Julio López, del portal digital Onda Local, informó que salió de Nicaragua como “última alternativa para preservar” su vida y libertad.
El periodista Carlos Fernando Chamorro, una de las voces más críticas al Gobierno de Ortega y galardonado en los 38 Premios de Periodismo Ortega y Gasset, también se exilió por segunda vez en los últimos tres años y lo hizo junto a su esposa, según explicó, “para resguardar nuestra libertad”.
En tanto, Sergio Marín Cornavaca, director del portal digital La Mesa Redonda, dijo se vio “obligado a abandonar el país por amenazas directas del régimen”.
El organismo Otras Miradas, como alianza de medios independientes de Centroamérica y México, denunció lo que considera “distintas formas de persecución al periodismo de Nicaragua por el Gobierno de Ortega”, y advirtió que “cada vez es mayor el número de periodistas exiliados”.
Mientas tanto, el político opositor Pedro Joaquín Chamorro Barrios, hijo de la expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro, fue detenido la noche del viernes bajo la acusación de realizar actos que menoscaban la soberanía de Nicaragua, informó la Policía Nacional.
Con la detención de Pedro Joaquín ya son tres los miembros de la familia Chamorro que fueron detenidos.
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