Roma.- Infancia negada para 690 millones de niños, es decir uno de cada tres en el mundo. Un dato que refleja la persistencia del drama que viven demasiados infantes a causa del hambre, la pobreza, la explotación, la violencia dentro y fuera de los muros domésticos y las guerras. Por lo tanto, en ocasión de la Jornada internacional del niño, instituida en 1925, el apremiante llamado esta dirigido una vez mas a gobiernos, instituciones, así como a familias, escuelas, sociedad en su conjunto, como un imperativo moral.
El portavoz de UNICEF en Itala, Andrea Iacomini, trazo un marco desolador. Pequeños que mueren demasiado pronto a causa de enfermedades fácilmente curables, que no tienen alimentos adecuados para combatir la malnutrición, que no pueden ir a la escuela ni estudiar, que se ven obligados a trabajar e incluso a casarse en edad precoz, sin contar con la tragedia de los países en guerra.
Según el vocero, ”30 anos después de la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de la infancia, tales derechos todavía no son suficientemente tutelados. La Convención –preciso Iacomini- es tal vez el tratado mas ratificado en el mundo, pero también el mas violado”. El ejemplo de esto –subrayo- es visible hoy sobre todo en Siria, donde “se registra la mas feroz y lacerante guerra de los últimos tiempos”.
El portavoz dijo que a causa de la escalada de violencia en particular en las aldeas del norte de Hama y en el sur de Idlib, 134 niños han perdido la vida desde el inicio del ano y otros 125 mil han sido evacuados. Actualmente 43 mil niños no pueden frecuentar la escuela.
Y no hay que olvidar en este contexto a Yemen, con sus 3 mil niños víctimas del conflicto; Ucrania con 500 mil menores involucrados; Afganistan donde se han triplicado los ataques a las escuelas con los niños que son los primeras víctimas, así como Centroáfrica y el Sur Sudan, donde cada ano 8 mil menores son reclutados como niños-soldado.
La violencia contra los menores no son una excepción en los países ricos. “Niños asesinados, heridos, arrojados desde un balcón, masacrados a golpes por los padres, por los padrastros, etc.”. Iacomini afirmo que un grave problema lo representan los niños que en las periferias degradadas de las ciudades son obligados a vender droga, o a pedir limosna y caen en manos de explotadores y traficantes de órganos.