Algunos incidentes estallaron este domingo durante una manifestación que reunió entre 60 mil y 100 mil personas en protesta contra el acuerdo sobre el nuevo nombre de Macedonia, que el Parlamento tiene que ratificar.
Las escaramuzas tuvieron lugar entre las fuerzas de seguridad y unos treinta jóvenes encapuchados, que lograron infiltrarse en la manifestación y lanzaron proyectiles para intentar forzar el cierre del Parlamento.
Las fuerzas antimotines respondieron lanzando gases lacrimógenos, lo que provocó la dispersión de varios manifestantes visiblemente afectados por el humo.
La policía hizo una estimación de 60 mil personas al principios de la manifestación, mientras que los organizadores dijeron que eran más de 100 mil
"Hay una sola Macedonia, la Macedonia griega, 'that's it' (eso es todo)", dijo en griego e inglés Christina Gerodimou, una manifestante de unos 30 años.
Este gobierno es un gobierno de traidores
Los manifestantes atendieron el llamado del "Comité de lucha por una Macedonia griega". Según la policía, 326 autobuses provenientes de todas partes del país, sobre todo del norte de Grecia, llegaron este domingo al centro de Atenas transportando a miles de personas para esta protesta.
El centro de Atenas cerró la circulación a los vehículos, así como las estaciones de metro más cercanas a Syntagma, donde tienen lugar las concentraciones más grandes, frente al Parlamento griego que tiene que votar en los próximos días el controvertido acuerdo.
Protestantes piden referéndum por Macedonia
Entre los manifestantes, figuran algunos grupos religiosos ortodoxos y popes, los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa griega. "Referéndum por Macedonia", proclamaba una gran pancarta.
La policía desplegó casi 2 mil agentes, drones y helicópteros, según una fuente policial.
Los partidos de oposición al gobierno de Alexis Tsipras (la derecha y los socialistas), no participan de esta manifestación pero indicaron que sus militantes podían ir a título personal.
El centro del debate parlamentario gira en torno al acuerdo con Macedonia, que allana el camino para que este país se incorpore a la Unión Europea (UE) y a la OTAN.
Grecia se oponía hasta ahora a iniciar negociaciones, ya que estimaba que el nombre Macedonia pertenece al patrimonio histórico heleno y a su provincia septentrional.
El miércoles pasado, visiblemente tenso, Tsipras pidió y obtuvo la confianza de los diputados tras la dimisión de su aliado, el ministro de Defensa Panos Kammenos, líder de la pequeña formación nacionalista Griegos independientes (Anel), que hizo estallar cuatro años de coalición gubernamental, en oposición al acuerdo sobre el nuevo nombre de la "República de Macedonia del Norte".
A pesar de la victoria ante esa moción de censura, el destino del gobierno de Tsipras, que termina su mandato de cuatro años en septiembre, es incierto.