MANAGUA. El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, abogó por el imperio de la justicia en la atribulada Nicaragua, al dejar su cargo para trasladarse a Roma luego de recibir amenazas de muerte.
Báez, acérrimo crítico del gobierno de Daniel Ortega, expresó antes de viajar su deseo de que Nicaragua "un día llegue a tener una sociedad fundada en la justicia social de donde brote la paz, donde la pluralidad ideológica no sea un delito".
El religioso fue despedido en el aeropuerto por un grupo de fieles que lo abrazaban y tomaban fotos, mientras una banda filarmónica entonaba la canción "Amigo", del brasileño Roberto Carlos.
"Me siento triste, llevo el corazón hecho pedazos por el dolor de dejar Nicaragua, pero voy sereno y en paz sabiendo que estoy siempre disponible a de servir a Dios y a la iglesia", dijo Báez.
El papa Francisco decidió trasladar a Báez al Vaticano tras conocerse que había recibido amenazas de muerte, aunque en algunos círculos políticos, su salida es considerada una forma de exilio para uno de los más duros críticos del gobierno.
En tanto, la oposición acusó al gobierno de incumplir el compromiso de liberar a los presos por motivos políticos y de continuar con las detenciones arbitrarias, lo que calificó como una falta de "voluntad política" para superar la crisis.
Ayer las dos partes se encontraron con los mediadores del diálogo con el gobierno para evaluar el cumplimiento de los acuerdos para salir de la crisis. El gobierno sostuvo que sí hay avances en los compromisos.