LESBOS. Varias organizaciones de ayuda humanitaria en la isla griega de Lesbos anunciaron que están suspendiendo sus tareas a favor de los refugiados y evacuando a su personal a causa de las agresiones de los habitantes locales por la crisis migratoria.
El número de migrantes que anhelan llegar a Europa aumentó considerablemente en los últimos días en la frontera terrestre de Turquía con Grecia, así como aquellos que tratan de llegar en pequeñas embarcaciones a las islas griegas del mar Egeo.
Para frenar este flujo, que se disparó tras la decisión de Ankara, la semana pasada, de dejar vía libre a los refugiados hacia Europa, Atenas suspendió los trámites de demanda de asilo y reforzó la seguridad en sus fronteras. En las islas, la llegada de nuevos migrantes exacerbó un clima tenso.
Lesbos alberga a más de 19 mil refugiados y migrantes hacinados en condiciones insalubres en un campamento levantado para acoger a unos tres mil, una herencia de la crisis migratoria de 2015.
Hartos de soportar la mayor carga de la migración hacia Europa, los habitantes locales protestaron contra la migración, argumentando que constituyen una amenaza para la seguridad, la salud pública y su economía, muy dependiente del turismo.
Esta cólera se ha convertido en violencia en los últimos días, con grupos extremistas que atacan a los migrantes recién llegados, intimidan a los medios de comunicación y atacan a los trabajadores humanitarios.