Venezuela llega a las urnas para elegir presidente en unos comicios cooptados por la tensión, ante la persecución de líderes opositores, además de la amenaza del gobierno a un "baño de sangre" en caso de perder la elección.
La situación ha generado una alerta entre los representantes en el exterior de la oposición, por lo que solicitaron que la comunidad internacional participe bajo la supervisión de los comicios y advirtieron que, en caso de fraude, habrá manifestaciones masivas que el poder militar y policial no podrá controlar.
En una conferencia de prensa virtual de alto nivel organizada por UN Watch, una organización de derechos humanos con sede en Ginebra, los líderes de la oposición dieron la voz de alarma y destacaron los desafíos que enfrentan los votantes, al tiempo que subrayaron la determinación del pueblo venezolano para recuperar su democracia.
“Mostraremos al mundo un desfile cívico espectacular. Se espera que más de 15 millones de votantes se unan, trascendiendo divisiones ideológicas y afiliaciones políticas. Unidos, depositarán su voto para reclamar su democracia, su paz y su libertad”, aseguró Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas.
En la conferencia, hicieron sonar su voz de alarma sobre las tácticas sistemáticas de supresión de votantes por parte del gobierno de Nicolás Maduro, que “amenazan con socavar la integridad del proceso democrático”.
Entre otras violaciones, denunciaro la privación del derecho al voto de 7.5 millones de venezolanos que viven en el extranjero y la reubicación de votantes para manipular los resultados.
“Estamos celebrando elecciones bajo una dictadura, con engaños y ardides diarios en juego”, subrayó Milos Alcalay, exembajador de Venezuela ante la ONU.
“A pesar de la angustia, existe una sensación de esperanza sin precedentes de que finalmente saldremos de este cuarto de siglo de abusos", agregó.
De acuerdo con las encuestas citadas por Diego Arria, expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el candidato de la oposición, Edmundo González, iría en cabeza con 60 por ciento frente al 24 por ciento de Maduro.
Ante estos números, afirmó el exfuncionario, la propensión del gobierno al fraude pone en peligro la Constitución de Venezuela y el Acuerdo de Barbados, arriesgando el futuro democrático del país sudamericano.
Por ello, “estas no son unas elecciones cualquiera. Esto se ha convertido en un movimiento social, un movimiento de base en la búsqueda de la libertad y la recuperación de la democracia y, con ella, del Estado de Derecho y los derechos humanos”, señaló María Alejandra Aristeguieta, exembajadora de la oposición venezolana en Suiza y de las Naciones Unidas.
Este movimiento fue descrito por Elisabeth Burgos, exdirectora de La Maison de l'Amérique Latine, como “una rebelión popular pacífica que recoge la frustración y la determinación colectivas de los venezolanos”. “El pueblo no aguanta más,” dijo.
SUPERVISIÓN
Ante la amenaza de Maduro con un “baño de sangre” y una “guerra civil”, lo que ha llevado incluso a líderes de izquierda como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a exigir que se respeten los resultados, la oposición venezolana hizo un llamado a la supervisión internacional para garantizar la integridad de las elecciones.
Aunque comprometidos con un movimiento pacífico, los participantes en la conferencia advirtieron que el gran número de simpatizantes disuadirá la acción militar, ya que los soldados temerán atacar a sus propios amigos y familiares.
“Habrá una manifestación masiva que el poder militar y policial no podrán controlar en caso de desconocer el triunfo de su candidato”, aseguró Milos Alcalay.“Esperamos que el cambio se produzca de forma pacífica y respetando el resultado, pero sea como sea, el cambio es irreversible”, subrayó.
En la conferencia, aseguraron que en Venezuela hay presencia de tropas rusas y se ha incrustado un aparato de seguridad cubano, por lo que recuperar la soberanía del país será un desafío.
Humberto Calderón Berti, exministro de Energía y Petróleo, también advirtió de que el islamismo extremista está utilizando Venezuela como base de expansión, con la “presencia militar rusa destinada a enemistarse con Estados Unidos”.
“La implicación de Irán, Rusia y China, junto con los narcotraficantes internacionales, ha convertido a Venezuela en un peón estratégico en el Caribe, peligrosamente cerca de Estados Unidos”, aseguró por su parte Diego Arria, expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Al finalizar, los líderes opositores destacaron la importancia de reconstruir a Venezuela desde sus cimientos, debido al colapso económico que ha dejado en ruinas la infraestructura del país, lo que hace indispensable la participación de la iniciativa privada.
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“El país, una vez envidiado por su democracia y dinamismo económico, ahora yace en ruinas. Reconstruir nuestra nación no solo requiere inversión internacional, sino también un compromiso inquebrantable para restaurar la democracia”, consideró Humberto Calderón Berti, exministro venezolano de Petróleo y Energía.
Por todo ello, reiteraron su llamado a la comunidad internacional para que mantenga una supervisión vigilante, exija responsabilidades al gobierno de Maduro y garantice que las próximas elecciones sean transparentes y creíbles.