La Asociación Mundial de Periódicos y Noticias (WAN-IFRA) otorgó la Pluma Dorada, el premio anual de prensa libre, al periodista saudí asesinado, Jamal Khashoggi.
La premiación, realizada en Glasgow, Escocia durante el 71 Congreso Mundial de Medios de Noticias, el 26 Foro Mundial de Editores y 3er Encuentro de Mujeres de Noticias, reconoció el largo compromiso de Khashoggi, de hablar con la verdad al poder ejerciendo su derecho a la libertad de expresión a través de periodismo de calidad.
"Cuando te hablo de miedo, intimidación, arresto y humillación pública de intelectuales y líderes religioso que se atreven a dar su opinión y entonces te digo que soy de Arabia Saudí, ¿te sorprendes?" dijo Dave Callaway, presidente del Foro Mundial de Editores, citando el primer alrtículo de Khashoggi publicado en el Washington Post después de su autoimpuesto exilio en los Estados Unidos en 2017.
"A pesar del enorme amor que tenía por su país, no podía ignorar lo que estaba pasando", continuó Callaway. "Siguió hablando con la verdad y le costó la vida."
Khashoggi había sido un pilar en el periodismo de Arabia Saudita y Medio Oriente desde la década de 1980.
Su educación le dio acceso a la familia real saudí. Su abuelo fue el médico del rey Abdul Aziz, el fundador de Arabia Saudita. Su tío es un agente de armas para el rey Fahd. Su prima era Dodi Fayed, la infortunada compañera de la princesa Diana.
Pero su cercanía lo llevó a amargarse en ese mundo y cómo lo manejaba la familia real. A principios de la década de 2000 se estaba haciendo conocido por su desaprobación vocal del régimen saudí.
Khashoggi ascendió a través de las filas de los medios de comunicación sauditas, y en 2003 fue nombrado editor en jefe del periódico Al-Watan. Pero solo duró dos meses antes de ser despedido por publicar una columna en la que criticaba a la policía religiosa del país.
Regresó cuatro años después, pero renunció nuevamente algunos años después de eso, en medio de más críticas a la cobertura de su periódico. En 2015, fue nombrado jefe de un nuevo canal de televisión en Bahrein, propiedad del príncipe Alwaleed bin Talal.
Esa asignación duró solo un día, cuando la estación fue cerrada después de entrevistar a una figura de la oposición de Bahrein.
Para entonces, era un colaborador frecuente de otros medios de comunicación del Medio Oriente, justo cuando Mohammed bin Salman se estaba convirtiendo en el Príncipe Heredero de Arabia Saudita. El momento sería desastroso para Khashoggi.
Abogó por la libertad de expresión en su país y por los derechos de las mujeres. Pronto estuvo en el exilio en los EU, Y los horribles sucesos de octubre de 2018 en Estambul son una historia trágica que todos conocemos demasiado bien.
En su última columna para The Post, publicada después de su muerte, Khashoggi extendió sus críticas aún más, y escribió que "a los gobiernos árabes se les ha dado rienda suelta para continuar silenciando a los medios de comunicación a un ritmo creciente".
Desde el asesinato de Khashoggi, 11 personas han sido acusadas, pero ninguna ha sido identificada. El príncipe heredero sigue negando su participación, a pesar de que la mayoría de las operaciones de inteligencia del mundo manipulan a sus secuaces.