El Gobierno británico decidió este sábado no someter a la votación parlamentaria el acuerdo del Brexit, tras la aprobación de una enmienda que fuerza al primer ministro, Boris Johnson, a pedir una prórroga más allá del 31 de octubre.
La Cámara de los Comunes se reunió este sábado en sesión extraordinaria, la primera vez en más de 37 años, para decidir si apoyaba el pacto, votación que ahora no se producirá hoy.
El primer ministro, que había llegado a un pacto del Brexit con la Unión Europea (UE) el pasado jueves, sufrió un revés cuando la iniciativa fue apoyada por 322 votos a favor y 306 en contra.
La enmienda fue introducida por el diputado independiente Oliver Letwin (exconservador) y pide posponer la ratificación definitiva del acuerdo del Brexit hasta que la legislación que debe implementarlo sea aprobada, lo que obliga a Johnson a solicitar un retraso más allá de finales de este octubre.
Johnson, visiblemente molesto al término de la votación, aseguró que no negociará "un retraso" con la Unión Europea, porque la ley no le "obliga a hacerlo" y esgrimió que otro retraso es "malo para el país, para la UE y para la democracia".
Así, la votación de la legislación del acuerdo del Brexit podría tener lugar el próximo martes en la Cámara de los Comunes.
La polémica enmienda, aceptada por el presidente de esta Cámara, John Bercow, está pensada para funcionar como salvaguarda de seguridad en caso de que el trámite parlamentario de la ley del Brexit no quede completado para el 31 de octubre y evitar que el Reino Unido salga de la UE sin acuerdo.
El líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) en la Cámara de los Comunes, Ian Blackford, advirtió a Johnson de que debe enviar la misiva al Consejo Europeo para solicitar un retraso del Brexit, de lo contrario, se arriesga a ser llevado ante la Justicia.
Por su parte, la líder del Partido Liberal Demócrata, Jo Swinson, afirmó en la Cámara baja que los votantes merecen tener "la palabra final" sobre el "brexit" en un segundo referéndum.
El primer ministro ha insistido en que está comprometido a cumplir con el calendario del Brexit este 31 de octubre y llegó a decir que preferiría estar "muerto en una zanja" antes que pedir una nuevo retraso del "divorcio" del club europeo.
El anterior pacto negociado por la exprimera ministra Theresa May fue rechazado tres veces por la Cámara de los Comunes y el Reino Unido -que tenía la fecha original de salida de la UE para el pasado 29 de marzo- se vio obligado a solicitar dos prórrogas -hasta abril y después hasta finales de este octubre-