- Grupo xenófobo gana terreno
PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- Dos semanas después delsevero golpe electoral que recibió en su feudo deMecklemburgo-Pomerania-Occidental, la canciller alemana, AngelaMerkel, recibió ayer otra clara advertencia que la obligará areflexionar seriamente sobre su futuro político.
Su ambición de ser reelegida en 2017 sufrió un nuevo revés enla elección de la ciudad-región de Berlín, donde su partido -lademocracia cristiana CDU- llegó en segundo lugar con apenas 18 porciento de los votos (-6 por ciento), detrás del Partido SocialDemócrata (SPD), que totalizó 23 por ciento, pese a haber perdidocinco puntos.
Los dos gigantes de la política germana fueron seguidos por LosVerdes y La Izquierda con 16.5 por ciento cada uno, y el quintolugar fue ocupado que el partido xenófobo y racista Alternativapara Alemania (AfD) que, con 11.5 por ciento de los votos, obtuvoel caudal necesario para ingresar al Parlamento regional. Losliberales del FPD, por su parte, reunieron 6.5 por ciento.
Esos resultados revelan la profunda transformación que estásufriendo el tablero político alemán desde que comenzó la crisisde los refugiados. El fenómeno más importante de estos 14 meseses el fulgurante ascenso del AfD, fundado en febrero de 2013. Tresaños después de su creación, ese partido eurofobo,anti-establishment y hostil a la política de inmigración quepropicia Merkel está presente en 11 de los 16 Estados regionalesdel país. Su resultado en Berlín es más que honorable, pues setrata de una ciudad conocida por su liberalismo y su clarasimpatía por la izquierda. Después de la reunificación, lacapital alemana simboliza sobre todo la apertura al mundo de lanueva Alemania, el multiculturalismo y la tolerancia.
Para el AfD, esos resultados tienen una importancia particularporque demuestran que ese partido no es solo la expresión de laspoblaciones frustradas de la ex República Democrática Alemana(comunista), sino que ahora también comienza a implantarse en lasgrandes ciudades del país.
Estos resultados confirman los límites que tiene la fuertemovilización contra la extrema derecha y las denuncias sobre el“riesgo fascista”.
El avance del AfD se nutre, al parecer, de las legiones deelectores decepcionados con la política de asilo de AngelaMerkel.
El dictamen de las urnas constituye, por otra parte, un nuevovoto de censura contra Merkel y una confirmación de la aceleradapérdida de confianza que sufre ante el electorado conservador.Hace dos semanas, la canciller había recibido una severaadvertencia en la elección regional deMecklemburgo-Pomerania-Occidental, donde la CDU llegó en tercerlugar con 19 por ciento detrás del SPD (30.6 por ciento) AfD (20.8por ciento).
Los resultados de este domingo no modificarán el equilibriopolítico de la capital, pues Berlín seguirá gobernada por suactual Bürgermeister (alcalde), Michäel Müller (SPD). Detrás deesa reelección de rutina, sin embargo, se abre un procesoinquietante para el futuro de la grosse koalition (gran coalición)que gobierna el país desde 2013. En agosto, Michaël Müllerhabía anunciado que, en caso de victoria, pensaba poner término ala alianza SPD-CDU que dirige Berlín desde 2011 y formar una nuevamayoría, probablemente con Los Verdes y La Izquierda.
Ese cambio parece prefigurar el escenario que puede conocer elpaís en las elecciones de septiembre de 2017 debido a la debilidadde Merkel: una encuesta del instituto Emnid demostró que 51 porciento de los alemanes piensan que la canciller -en el poder desde2005- no debe postularse para un cuarto periodo. En otro sondeo,realizado por TNS Research, 82 por ciento pide una corrección desu política de asilo.
A un año de esas elecciones legislativas cruciales, los sondeosatribuyen 33 por ciento de los votos a la tradicional alianzacristiana CDU-CSU (la rama social cristiana bávara), según elinstituto demoscópico Infratest Dimap. Ese caudal podría permitiral SPD dar un portazo a la grosse koalition para tratar de forjaruna alianza a nivel nacional con Los Verdes y La Izquierda.
La gran sorpresa de esa elección podría ser el resultado delAfD. A pesar de estar atomizado por una serie de intrigas yconflictos internos, el “partido de los profesores” -se lellama en Alemania- podría reunir 21 por ciento de los votos yconvertirse en la tercera fuerza política del país. Aunquegracias a ese caudal tendrá una importante representación en elBundestag (Parlamento), es difícil imaginar que uno de los grandesmastodontes históricos le ofrezca participar en una coalición deGobierno.
Por el momento, en todo caso, la suerte no está echada paraMerkel, como pretenden sus adversarios. “Por ahora se trata deproyecciones”, advierte Nils Diederich, politólogo en laUniversidad Libre Berlín. Los verdaderos tests que la obligarán adecidir si se postula o no para un cuarto mandato son laselecciones regionales previstas para principios de 2017. La másimportante de esas consultas es la de Renania-del-Norte-Westfalia,el land más poblado (23 por ciento de los 82 millones dehabitantes) y el más poderoso económicamente gracias a laproducción de la cuenca industrial del Ruhr, que representa 22 porciento del PIB nacional.
Esa región, que representa el corazón y los pulmones deAlemania, será la que en definitiva decida si Merkel tiene laconfianza del país para seguir otros cinco años al frente de lacancillería de la primera potencia de Europa.