NASSAU. Entre evacuaciones, búsquedas de víctimas y riesgos sanitarios, Bahamas se prepara para enfrentar una larga crisis humanitaria, después del devastador paso del huracán Dorian, que también golpeó a Canadá.
El balance provisional del desastre, entregado con moderación por las autoridades, no ha cambiado desde el viernes por la noche: 43 muertos. Pero las autoridades del archipiélago advirtieron repetidamente que el número estaba escalando.
"Hay muertos en todas partes", "los cuerpos siguen tirados", declararon supervivientes en las Islas Ábaco, donde los desechos se acumulaban en medio de los escombros bajo un calor intenso.
Dorian dejó al menos 70 mil personas sin hogar en las islas más severamente afectadas, Ábaco y Gran Bahama, según la ONU, cuyo Programa Mundial de Alimentos ha entregado casi 15 mil comidas y toneladas de equipos en la región.
El primer ministro de Bahamas Hubert Minnis, quien había advertido que la devastación durará "generaciones", dijo ayer que Nassau no podía "acoger a todas las víctimas", que temporalmente se alojarán en tiendas de campaña.
Cientos de personas evacuadas continúan llegando a Nueva Providencia, donde se encuentra la capital de Bahamas.
En tanto, miles más concentran sus esfuerzos en la "odisea" de intentar salir de las islas Ábaco y Grand Bahama, aunque con suerte dispar.
Buena parte de los habitantes de la segunda ciudad más grande de Bahamas buscan escapar del desastre en la zona, la más golpeada por el ciclón.
Los que aun siguen sin poder salir se enfrentan a la falta de comunicaciones, electricidad, combustible, seguridad y agua potable, y, lo que es peor, a no volver a vivir en su casa y estar rodeado de sus pertenencias.
En tanto haitianos, muchos de los cuales viven en un barrio pobre completamente arrasado por el huracán en la isla de Ábaco, acusaron al gobierno bahameño de dar prioridad a sus ciudadanos para las evacuaciones.
Miles de kilómetros al norte, Dorian causó "estragos" en Canadá, con vientos violentos e inundaciones en las zonas costeras, sin víctimas fatales aún.
Recalificado como "ciclón postropical muy intenso" por el Centro Canadiense de Huracanes, tocó tierra el sábado por la noche en la provincia de Nueva Escocia, donde casi 500 mil hogares estaban sin electricidad.
Árboles fueron arrancados de raíz, líneas eléctricas cayeron y una grúa se derrumbó en un edificio en construcción en Halifax, pero no hubo heridos graves.