Hong Kong.- Las protestas antigubernamentales en Hong Kong persisten a dos meses de iniciadas y este domingo cientos de miles de personas salieron a las calles para mostrar su ira por un proyecto de ley de extradición que se transforma en un nuevo frente contra lo que muchos ven como una erosión de las libertades.
Millones de personas se han reunido en los últimos dos meses en una demostración de fuerza sin precedentes contra la líder de Hong Kong, Carrie Lam, provocando la peor agitación social que sacudió a la ex colonia británica desde que regresó al gobierno chino hace 22 años, destaca el sitio Channel News Asia.
Los manifestantes marcharon este domingo bajo temperaturas de alrededor de 31 grados centígrados en el bullicioso distrito comercial de Causeway Bay hasta Wan Chai, luego de que la policía acortó la ruta, citando preocupaciones de seguridad.
La última protesta se produce un día después de que decenas de miles se reunieron para expresar su apoyo a la fuerza policial, a quienes algunos han acusado de usar la fuerza excesiva contra los activistas, y piden que se ponga fin a la violencia.
Mientras que algunos en la marcha del domingo piden el sufragio universal, una demanda clave es que se retire por completo el proyecto de ley de extradición ahora archivado, que habría permitido que se enviara a personas a China para un juicio.
Desde principios de junio iniciaron las protestas contra la ley de extradición que establece que los sospechosos de delitos mayores de 20 años podrían ser extraditados a China si las autoridades de ese país lo solicitan.
Pese a que la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, ha señalado que el proyecto de ley "está muerto", los opositores demandan su retiro formal.
Hong Kong se ha regido bajo una fórmula de "un país, dos sistemas" desde su regreso del gobierno británico al chino en 1997, lo que permite que las libertades no se disfruten en China continental, incluido el derecho de protesta y un poder judicial independiente.
Los críticos dicen que la ley de extradición amenaza el estado de derecho de Hong Kong y su reputación internacional como un centro financiero asiático.