BUENOS AIRES. Siete meses de cuarentena por la pandemia del Covid-19, en medio de la crisis económica y sin mejorar la situación sanitaria, avivan la llamada grieta: polarización radical que parte en dos a Argentina.
De un lado, se repiten las protestas contra la gestión del presidente de izquierda, Alberto Fernández, al que acusan de “destruir” al país.
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Del otro, crece la indignación entre afines al gobierno peronista por la “irresponsabilidad” de la oposición al alentar marchas en plena pandemia, que en Argentina deja más de 760 mil casos, supera los 20 mil muertos, cifras que ubican al país entre los más afectados del mundo.
El impacto ha sido brutal: en el segundo trimestre del año, la economía del país sudamericano, uno de los mayores productores y exportadores de alimentos en el mundo, se contrajo un 19.1%, respecto al mismo periodo en 2019.
El derrumbe supera al del primer trimestre del 2002 (16.3 %), en uno de peores los momentos de la crisis que estalló a fines de 2001.
Argentina volvió a alcanzar en agosto una de las tasas de inflación más altas del mundo (40.7% interanual) y analistas pronostican que llegará a 43.9% a fin de 2020.
Pero el mandatario argentino defiende que la economía “se recupera, la vida no”.
Luciana Kirjner, una socióloga de 27 años, critica a los que salen a marchar no sólo por el riesgo de contagio, sino porque “hacen tambalear a un gobierno elegido democráticamente”.
Al asumir el mando en diciembre, el mandatario argentino se propuso entre sus metas disolver la grieta, que resurgió con fuerza en el gobierno de la expresidenta (2007-2015) y ahora vicepresidenta Cristina Kirchner y continuó en el del liberal Mauricio Macri (2015-2019). Tuvo un momento de tregua al comienzo de la cuarentena, cuando la mayoría de la población se alineó con Fernández.
Pero ahora “estamos en el momento más álgido”, asegura el politólogo Carlos Fara. Temas que ya preocupaban al público como la inflación, la desenfrenada devaluación, la inseguridad o el desempleo, afloraron con más fuerza.
El politólogo Marcos Novaro asegura que la “polarización en Argentina se agudizó ante el impulso de Cristina Kirchner de hacer avanzar su agenda”. Hoy “Alberto y Cristina están muy pegados, esto no era así hace tres meses”, opinó.
Medidas como el intento de expropiación de la agroexportadora Vicentin, que luego dio marcha atrás, o la reforma judicial que se debate en el Congreso provocan indignación entre la oposición que vuelve a preguntar: ¿Quién manda en Argentina: Alberto o Cristina?.
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