Primera ministra de Finlandia se va de fiesta, se arma la polémica y termina haciéndose test de drogas  

Se filtró un video en el que Sanna Marin aparece cantando y bailando en una fiesta privada durante sus vacaciones con un grupo de amigos

EFE

  · sábado 20 de agosto de 2022

Foto: AFP

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, está envuelta en la polémica tras filtrarse un video en el que aparece cantando y bailando en una fiesta privada durante sus vacaciones con un grupo de amigos.

El vídeo, publicado por el tabloide sensacionalista Iltalehti, robó la atención de los medios finlandeses y eclipsó el congreso estival del Partido Socialdemócrata finlandés (SDP) que dirige Marin, de 36 años.

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Al parecer, el video original fue publicado en un grupo cerrado de Instagram con menos de un centenar de miembros al que pertenece Marin, pero luego alguien lo difundió en las redes sociales.

Según algunos medios locales, en el video se oye a los asistentes a la fiesta mencionar la palabra "jauhojengi" (literalmente, la pandilla de la harina) y puede dar a entender que en la fiesta se consumió cocaína.

Pronto las redes sociales se llenaron de comentarios de gente indignada que exigía a Marin hacerse un test de drogas, pero también de muchos ciudadanos que no entienden a qué viene esta polémica y están encantados con que su primera ministra tenga también una vida privada y se vaya de fiesta en sus vacaciones.

"Solo bailé y canté"

Antes de que la noticia se expandiese a la prensa internacional, Marin dio su versión en una entrevista para la televisión pública YLE.

La joven primera ministra señaló que simplemente se trató de una fiesta privada en un domicilio particular con algunas celebridades finlandesas y negó rotundamente haber consumido drogas, aunque admitió haber tomado "bebidas alcohólicas de baja graduación".

"Estoy molesta porque estos videos se hayan llegado a publicar. La cuestión es que he estado de fiesta con unos amigos, bailando y cantando, aunque es cierto que alocadamente", dijo la joven primera ministra.

"Quiero mostrar que estos cargos también los ocupa gente normal, con una vida corriente. Tengo una vida familiar, una vida laboral y tiempo libre para pasar con mis amigos, exactamente como mucha gente de mi edad", dijo a YLE.

Marin, quien ya fue criticada por asistir al desfile del orgullo gay o por ir a un festival de heavy metal con una chaqueta de cuero, no ve ningún motivo para cambiar su comportamiento.

"Voy a seguir siendo la misma persona que hasta ahora y espero que la gente lo acepte. Vivimos en una democracia, en las elecciones se deciden estas cuestiones", afirmó.

Se somete a test de drogas

Ante la polémica, Sanna Marin anunció que se ha sometido a un test de drogas "para limpiar su reputación", cuyos resultados se harán públicos dentro de una semana.

"En los últimos días se han hecho públicas acusaciones bastante graves de que he consumido drogas. Por mi propia protección legal, aunque considero que la exigencia de un test de drogas no es razonable, para borrar tales sospechas hoy me he sometido a un test de drogas", dijo en una rueda de prensa.

Marin afirmó que nunca ha tomado drogas ni ha visto a nadie tomarlas: "Nunca en mi vida, ni siquiera en mi juventud, he consumido drogas. Ojalá viviéramos en una sociedad en la que se pudiera confiar en mi palabra. Pero como ahora quieren levantar esas sospechas, por eso me hice la prueba".

"A mí también me concierne la presunción de inocencia y me gustaría que no se lanzasen estas acusaciones", añadió.

Respecto a las posibles repercusiones políticas de la difusión del video, Marin señaló que todos los ciudadanos finlandeses tienen derecho a juzgarla por sus actos y reflejar su opinión en las próximas elecciones.

Desde que en diciembre de 2019 asumió su cargo, convirtiéndose entonces en la jefa de Gobierno más joven del mundo, Sanna Marin ha sufrido un escrutinio sin precedentes en la historia de Finlandia.

En diciembre pasado, su rostro llenó las portadas de los tabloides por haberse ido de fiesta a una discoteca unos amigos hasta las cuatro de la mañana y haber dejado su teléfono móvil oficial en casa.

Ella se vio obligada a pedir perdón, pero recordó que llevaba encima su teléfono privado y que, de haber surgido alguna emergencia, se la habría podido localizar sin problemas.