PARÍS. El gobierno francés anunció que reaccionará con extrema firmeza a la violencia, saqueos y vandalismo que acompañan las movilizaciones de los chalecos amarillos desde hace 18 semanas y decidió prohibir las manifestaciones en la avenida de los Campos Elíseos y en el centro de las grandes ciudades del país.
También reemplazó al Prefecto de Policía de París, censurado por su gestión del dispositivo de orden en la capital.
“Las restricciones se aplicarán cuando se tenga conocimiento de la presencia de militantes ultras con voluntad de causar destrozos”, explicó en conferencia de prensa el primer ministro, Édouard Philippe, acompañado por los responsables de las carteras de Interior, Christophe Castaner, y de Justicia, Nicole Belloubet.
El refuerzo del arsenal represivo fue adoptado en respuesta a un pedido formulado el sábado por el presidente Emmanuel Macron: “¡Esto tiene que terminar!”, proclamó irritado en una reunión de la célula de crisis organizada después de los disturbios.
Ese arsenal represivo también responde a las críticas políticas y al clamor de una parte de la población después de los incidentes del sábado último en los Campos Elíseo, provocados por unos vándalos y mil 500 ultras infiltrados entre los chalecos amarillos. Durante las 8 horas de enfrentamientos, los manifestantes atacaron a las fuerzas del orden, y destrozaron, pillaron e incendiaron más de 80 comercios de lujo en la avenida emblemática de París, provocando daños por 130 millones de euros.
Esa orgía de violencia desencadenó una enorme de ola de reacciones por parte de la oposición, que denunció la “pasividad” y la “incompetencia” de las autoridades. Al mismo tiempo generó una fuerte indignación entre los comerciantes de París y de las grandes ciudades del interior, víctimas de las agresiones y del cese de las actividades resultantes de los disturbios y destrucciones que se registran sistemáticamente todos los sábados desde hace cuatro meses.
Además de los Campos Elíseos de París, las medidas preventivas adoptadas por el gobierno también se aplicarán en las zonas de las plazas de Neuberg en Burdeos y del Capitolio en Toulouse, que fueron escenario de graves incidentes desde que comenzaron las protestas de los chalecos amarillos.
El refuerzo del arsenal represivo contempla una mayor autonomía de las fuerzas del orden para actuar y proceder "a la dispersión inmediata" cuando adviertan concentraciones de elementos vandálicos. Una de las medidas más importantes transformará los destacamentos de acción rápida (DAR) de la policía en “unidades antivándalos”, dotadas de “capacidades dispersión y detención”, que pasarán a la acción apenas estallen los primeros disturbios.
La policía también recibirá “medios suplementarios”, como drones e imágenes de vídeo, así como elementos “marcadores” que permitan detener a manifestantes individualizados como peligrosos o particularmente activos. También aumentará el costo de las multas por participar en manifestaciones prohibidas, de 38 a 135 euros.
El primer ministro francés anunció igualmente el reemplazo del Prefecto de Policía de París, Michel Delpuech, de 66 años, criticado por su gestión del dispositivo de orden en la capital, en particular el uso de “medidas inapropiadas” como la “reducción del uso” de balas de plástico para dispersar los disturbios.