El primer ministro británico, Boris Johnson, se mostraba determinado este martes a esforzarse por encontrar un nuevo acuerdo de divorcio con Bruselas, tras ver bloqueada por el parlamento la posibilidad de un Brexit sin acuerdo y denegadas unas elecciones anticipadas para salir del bloqueo.
Johnson recibiría por la tarde a los líderes del pequeño partido unionista norirlandés DUP -su aliado clave en el parlamento hasta que perdió la mayoría la semana pasada-, Arlene Foster y Nigel Dodds, anunció un portavoz de Downing Street.
Cómo evitar la reinstauración de una frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda -país miembro de la UE- es el punto más conflictivo del acuerdo que negoció Theresa May con los 27 y que Johnson quiere cambiar.
En el marco de este esfuerzo, su enviado especial David Frost mantendrá conversaciones con los negociadores europeos, el jueves y el viernes, y se celebrarán también en Bruselas reuniones técnicas por separado, precisó el portavoz.
Queda un largo camino por recorrer y costará mucho trabajo conseguir un acuerdo en la cumbre europea del 17 y 18 de octubre, reconoció, pero ese es el objetivo.
"Iré a esa cumbre crucial en Bruselas el 17 de octubre y no importa cuántos dispositivos invente el parlamento para atarme las manos, me esforzaré por llegar a un acuerdo en aras del interés nacional", afirmó Johnson por la madrugada en el parlamento después de haber pedido su principal baza negociadora: la amenaza de un Brexit brutal de caóticas consecuencias.
El lunes fue firmada por la reina una ley, aprobada de urgencia la semana pasada por una "alianza rebelde" de legisladores, que lo obliga a pedir una nueva prórroga del Brexit si al 19 de octubre no ha obtenido un trato aceptable con Bruselas, o la luz verde de los diputados para una salida brutal.
Esto último es más que improbable habida cuenta de que, antes de ser suspendido hasta el 14 de octubre, el parlamento le denegó por segunda vez la posibilidad de elecciones anticipadas para intentar recuperar la mayoría que perdió por la rebelión y expulsión de 21 diputados conservadores.
"No pediré otro aplazamiento", insistió sin embargo Johnson, que no parece tampoco considerar una dimisión pese a verse arrinconado en una posición muy complicada.