LYSYCHANSK. Los separatistas prorrusos condenaron a muerte a dos combatientes británicos y uno marroquí acusados de actuar como “mercenarios” de Ucrania, que reclama armas para evitar la caída de la estratégica ciudad de Severodonetsk en manos rusas.
Severodonetsk y la vecina Lysychansk se han convertido en el centro de la ofensiva rusa, en su tentativa de hacerse con toda la cuenca minera del Donbás, en el este de Ucrania.
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Los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner y el marroquí Saadun Brahim fueron capturados precisamente por los separatistas que ya controlan esa región desde 2014.
Estos tres fueron “acusados de haber participado en los combates como mercenarios” y condenados a muerte por la corte suprema de la República Popular de Donetsk (reconocida solamente por Rusia), informó la agencia oficial rusa TASS.
El gobierno británico manifestó su “profunda preocupación” y exigió que se dé a sus dos ciudadanos un tratamiento de “prisioneros de guerra”.
Durante el juicio, los tres extranjeros se declararon culpables de cometer “acciones destinadas a tomar el poder y derrocar el orden constitucional de la República Popular de Donetsk”, aseguró la agencia de noticias rusa Interfax.
Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, miles de voluntarios extranjeros se alistaron para combatir con las tropas ucranianas contra Rusia.
Moscú aseguró haber bombardeado un centro de entrenamiento de “mercenarios extranjeros” en la región de Zhitómir, al oeste de Kiev.
Ucrania volvió a pedir a las potencias occidentales más sistemas de cohetes de largo alcance, como los Himars que anunció Estados Unidos a inicios de junio, con un radio de tiro de unos 80 kilómetros.
Con esos dispositivos, las tropas ucranianas podrían retomar el control de Severodonetsk “en dos o tres días”, aseguró Serguéi Gaidai, gobernador de Lugansk, en el Donbás.
Los soldados ucranianos libran una de las batallas “más difíciles” de la guerra en Severodonetsk, gran parte de la cual está en manos de las fuerzas rusas, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
“En muchos sentidos, el destino del Donbás se decide allí”, agregó.
Unos 800 civiles están atrapados en la planta química Azot de la ciudad, donde se refugiaron, según el abogado de un magnate ucraniano, cuya empresa es propietaria de las instalaciones.
Las autoridades ucranianas no han confirmado esas informaciones.
A la otra orilla del río Donets, Lysychansk está completamente bajo control de Kiev, pero sufre bombardeos “caóticos”, dijo Gaidai, que acusó a los rusos de disparar “deliberadamente” contra hospitales y centros de distribución de ayuda humanitaria.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, comparó sus acciones a las del zar Pedro el Grande, que en el siglo XVIII combatió contra Suecia y ocupó una parte de su territorio.
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