El hombre fuerte del Kremlin, que se postula para un cuarto mandato presidencial, se presentará como independiente sin el apoyo institucional del partido gubernamental Rusia Unida que lo llevó al poder en tres ocasiones anteriores. Esa actitud traduce su confianza en la posibilidad de obtener una clara victoria. El instituto independiente Levada le atribuye 75% de intenciones de voto.
Su principal desafío será convencer a los rusos de acudir a las urnas. Según Levada, solo 28% de la población está decidida a votar. El nivel de participación será el factor clave que analizarán los observadores para estimar el nivel de legitimidad del presidente, según los expertos del Carnegie Moscow Center.
La mayor parte de su encuentro con la prensa estuvo dedicado a actuar como candidato, pues multiplicó las promesas y anuncios espectaculares. El mejor ejemplo en ese sentido fue su intención de condonar casi mil millones de dólares en impuestos atrasados a 42 millones de ciudadanos y otros tres millones de autónomos. Ese compromiso fue interpretado como gesto de claro corte electoralista.