Kiev fue escenario este viernes de feroces combates entre las fuerzas invasoras rusas y el ejército, al que Vladimir Putin llamó a tomar el poder.
Durante el segundo día de invasión, el mandatario ruso calificó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski y a su gobierno de "banda de drogadictos y de neonazis".
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"Tomen el poder entre sus manos. Me parece que será más fácil negociar entre ustedes y yo", lanzó Putin al ejército ucraniano en una intervención en la televisión rusa.
Horas antes, Lavrov afirmó que su país está abierto a negociar si Ucrania "depone las armas".
Por el momento, el ejército ucraniano resiste los embates de las fuerzas invasoras, que este viernes entraron a barrios del norte de Kiev.
Ciudad fantasma
Al amanecer, Kiev registró dos fuertes explosiones, de acuerdo con periodistas de la AFP.
"Disparos horribles de misiles rusos sobre Kiev", denunció en Twitter el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba. Según fuentes oficiales, hubo tres heridos en el ataque.
"Dijeron que los civiles no eran objetivo, pero es otra de sus mentiras (...) Esta noche, comenzaron a bombardear vecindarios civiles. Esto nos recuerda (la ofensiva nazi de) 1941", denunció Volodimir Zelenski en un video difundido en las redes sociales.
Tras la huida de muchos habitantes el jueves, y sometida a un toque de queda, la capital, de tres millones de habitantes, tiene el aspecto de una ciudad fantasma.
Las tropas ucranianas también indicaron que combaten contra unidades de blindados rusos en Dymer e Ivankiv, a 45 y 80 kilómetros al norte de Kiev.
El jueves, el ejército ruso se hizo con el control de la zona de la central de Chernóbil, contaminada aún por la radioactividad del accidente nuclear de 1986.
Zelenski destacó "el heroísmo" de los ucranianos y aseguró que sus tropas "hacen todo lo posible" para defender el país.
"Rusia tendrá que hablar con nosotros tarde o temprano. De la manera en que podremos poner fin a los combates y parar la invasión. Cuanto antes tenga lugar esta conversación, menores serán las pérdidas, incluso para Rusia", estimó.
"Liberar de la opresión”
Según fuentes militares occidentales, Kiev es el principal objetivo de Putin para "decapitar al gobierno" ucraniano e instalar un ejecutivo favorable a Moscú.
Lavrov reiteró que la invasión pretende "liberar" a los ucranianos "de la opresión", lo que da a entender que desean derrocar al actual gobierno.
La finalidad es "desmilitarizar y desnazificar Ucrania para que, liberados de esta opresión, los ucranianos puedan elegir libremente su futuro", dijo.
Rusia acusa a Ucrania de cometer un "genocidio" de la población rusohablante del este de país, sin aportar ninguna prueba al respecto.
Putin mantenía desplegados desde hacía varias semanas a más de 150 mil soldados en la frontera con Ucrania. El lunes, reconoció la independencia de los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania y los diputados rusos allanaron el camino legal para una operación militar.
Desde que Putin lanzó su ofensiva, cerca de 100 mil personas huyeron de sus hogares y miles buscaron refugio en el extranjero, indicó la ONU. Los primeros refugiados ucranianos se dirigieron principalmente a Polonia y Moldavia.
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"Mi vida ha cambiado completamente en medio día. Pero es muy bueno saber que tenemos un sitio adónde ir", explicaba Iryna, una mujer de 42 años, que pasó la noche junto a decenas de compatriotas en la estación de tren de Przemysl, en Polonia, cerca de la frontera ucraniana.
En el este de Ucrania, los intensos combates llenaron de miedo y rabia a los civiles. "Nunca, bajo ninguna condición, me rendiré a Putin. Mejor morir", afirmó Olena Kurilo, maestra de 52 años, con el rostro cubierto de vendas, en Chugnev, ciudad del este de Ucrania que fue bombardeada.
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