WASHINGTON. Banderas estadounidenses quemadas, el derribo de una estatua de Cristóbal Colón en Baltimore el al atropellamiento de manifestantes en Seattle fueron algunas de las escenas que se vivieron en protestas en distintas partes de EE.UU., tras el discurso que pronunció el presidente Donald Trump.
Con motivo del 4 de julio, había convocadas varias manifestaciones antirracistas y para pedir la marcha de Trump y de su vicepresidente, Mike Pence, en varias ciudades de EU que acabaron con la quema de banderas en Washington DC, Los Ángeles, Chicago y Nueva York, según uno de los organizadores, el Partido Comunista Revolucionario.
En la capital, los participantes prendieron fuego a la bandera junto a la plaza Lafayette, el parque que hay al lado de la Casa Blanca al grito de “EU nunca fue grande”, que contrasta con el lema de campaña de Trump “Haz EU grande de nuevo”.
En EU la quema de la bandera nacional no es ilegal, y de hecho en la protesta de Hollywood estuvo el activista de 63 años Gregory “Joey” Johnson, quien en 1989 ganó el caso ante la Corte Suprema que reconoció su derecho a quemar la enseña.
Johnson prendió fuego a tres banderas, la Confederada (de los estados sureños y esclavistas durante la Guerra Civil), la estadounidense y la del movimiento Blue Lives Matter, para protestar contra Trump.
Blue Lives Matter (las vidas azules importan), en oposición al grupo Black Lives Matter (las vidas negras importan) que protesta frente a violencia policial contra los afroamericanos, defiende que los condenados por el asesinato de policías sean sentenciados por crímenes de odio.
Mientras, en Baltimore, Maryland, manifestantes derribaron la estatua de Cristóbal Colon situada en la zona de Little Italy y la tiraron al agua en Inner Harbor, informó ayer la cadena de televisión CNN.
Un testigo señaló que tras derribarla con una cuerda, la estatua se rompió en pedazos que fueron arrastrados por los manifestantes hasta el agua.
En tanto, un manifestante falleció y dos resultaron heridos después de que un auto saltara una barrera policial y arremetiera contra una protesta en Seattle.
Estos actos se produjeron después de que el presidente de EU, Donald Trump, pronunciara un duro discurso en la Casa Blanca por el 4 de Julio, el Día de la Independencia, en el que jaleó la polarización.
En su alocución, el presidente afirmó: “Ahora estamos en proceso de derrotar a la izquierda radical, los marxistas, los anarquistas, los agitadores, los saqueadores y a la gente, que en muchas instancias no sabe en absoluto lo que está haciendo”.
Asimismo, dijo que nunca permitirán que “una muchedumbre enfadada” borre la historia del país y derribe monumentos.
En las últimas semanas se han multiplicado los ataques a monumentos de líderes de la Confederación, padres fundadores de EU y de exploradores vinculados a la “conquista” española de América, como Cristóbal Colón, que son percibidos como símbolos del racismo.
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