CIUDAD DEL VATICANO. Quien se pasa la vida acusando a la Iglesia “es pariente del diablo”, afirmó el papa Francisco en la víspera del inicio de una cumbre que hasta el próximo domingo reunirá en el Vaticano a 114 presidentes de conferencias episcopales y patriarcas de las iglesias orientales, además de religiosos y expertos, para abordar la plaga de los abusos sexuales por parte de miembros del clero, que ha dado lugar a una de las peores crisis de la Iglesia católica.
Recibiendo después de la audiencia general a fieles de la ciudad de Benevento (sur de Italia), Bergoglio puso como ejemplo a padre Pio, el fraile y venerado santo italiano, famoso también por sus estigmas, afirmando que “amó a la Iglesia con sus problemas y adversidades”, pero “no la destruyó con la lengua como está de moda hacer ahora”.
“El padre Pio la amó con sus tantos pecadores, porque la Iglesia es santa, aunque todos sus hijos sean pecadores, ¡y algunos grandes!”, dijo.
Para Francisco, el que ama a la Iglesia sabe cómo perdonar, porque sabe que él mismo es un pecador y necesita del perdón de Dios, y “no se puede vivir acusando, acusando, acusando, y quien lo hace es amigo, pariente del diablo”.
“Debemos señalar los defectos que hay que corregir, pero en el momento en el que se denuncian esos defectos, se ama a la Iglesia”, subrayó Francisco.
Bergoglio no se refirió a la cumbre que busca establecer las guías para afrontar a nivel global lo que la jerarquía eclesiástica llamó un “cáncer”, “un monstruo que se anida dentro de la Iglesia”. Esto, confirmadas por la declarada “tolerancia cero” y los repetidos pedidos de perdón.
Hay quien dentro de la Iglesia pide “misericordia” para los curas pedófilos, los cuales “no deben ser abandonados”. Se trata de ovejas descarriadas”, como afirmó el teólogo Donald Zagore a la agencia vaticana “Fides”.
Mientras numerosas asociaciones de víctimas continúan con sus protestas, exigiendo una verdadera “tolerancia cero” contra los clérigos pederastas y quienes los encubren, y que los culpables de estos hechos sean denunciados también a la justicia civil, doce victimas fueron recibidas en privado por obispos y cardenales.
Uno de ellos, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, cardenal Gualtiero Bssetti, sin entrar en detalles, subrayó la “necesidad de cambiar la ruta” por en la Iglesia. Por lo tanto, pidió más severidad en la elección de seminaristas, y dijo: “Es mejor tener menos sacerdotes, menos religiosos, pero mayor seguridad!”