El presidente electo de los Estados Unidos llega de la mano de su segunda esposa, Jill Biden. El matrimonio de 43 años ha acumulado una extensa experiencia en la vida política de este país y la figura de la primera dama llega para posicionarse dentro de la Casa Blanca.
Jill Biden tiene 69 años y es originaria de Hammonton, Nueva Jersey, Estados Unidos. Se casó con Biden en 1977 tras el fallecimiento de su primera esposa Neilia. Su matrimonio fue en la Capilla de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. Tiene un doctorado en educación.
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Jill Biden no es ajena al resplandor de los focos políticos. Su esposo era parte de Washington cuando lo conoció y ella ya fue la segunda dama de Estados Unidos.
Pero ahora que Joe Biden ganó la Casa Blanca, su esposa tendrá la oportunidad de impulsar el papel de primera dama en el siglo XXI, manteniendo su trabajo de tiempo completo como profesora.
"La mayoría de las mujeres estadounidenses tienen una vida laboral y una vida familiar, pero a las primeras damas nunca se les ha permitido hacerlo", dijo Katherine Jellison, profesora de historia en la Universidad de Ohio.
"Quizás ha llegado el momento, sin embargo, en que más estadounidenses se sientan cómodos con una primera dama que no está de guardia en la Casa Blanca las 24 horas del día, los siete días de la semana".
En los 43 años que lleva casada con Joe Biden, ha sido desde siempre una asesora de confianza del senador de Delaware y exvicepresidente de Barack Obama, que derrotó al presidente saliente Donald Trump.
Como primera dama, se espera que trabaje en cuestiones de educación y relance "Joining Forces", una misión para movilizar a las familias de militares que ella y Michelle Obama comenzaron en 2011.
SU HISTORIA CON BIDEN
Pero esta rubia y menuda mujer de 69 años también es profesora, madre, abuela y el gran apoyo de Biden, de 77, después de la tragedia que él vivió hace casi cinco décadas.
En 1972, Joe Biden enfrentó lo impensable: su joven esposa e hija murieron en un accidente automovilístico y él se quedó solo para criar a sus dos hijos pequeños, ambos heridos en el accidente.
Pero apareció Jill Jacobs, la joven de las afueras de Filadelfia cuyo padre ascendió de cajero a gerente de banco y su madre era ama de casa.
Jill estaba en proceso de divorciarse de su primer marido cuando conoció a Biden, un viudo que viajaba diariamente de su casa en Delaware al Senado en Washington.
La pareja se casó en 1977 y ella se convirtió en la "mamá" de sus hijos Hunter y Beau. Los Biden tienen una hija, Ashley, que nació en 1981.
Mientras criaba a su familia, Biden obtuvo dos maestrías y eventualmente un doctorado en educación. Ahora enseña en Northern Virginia Community College.
La pareja ha pasado por dos carreras presidenciales fallidas, ocho años en la vicepresidencia, la muerte de Beau Biden tras una batalla contra el cáncer y ahora una exitosa campaña presidencial.
"Ella nos volvió a unir", dijo Biden en un video difundido en agosto durante la Convención Nacional Demócrata, mientras describía el impacto de Jill en la familia marcada por el drama. "Es endemoniadamente dura y leal".
FUE SEGUNDA DAMA DE EU
Jill Biden asumió el papel de segunda dama en 2009 cuando Obama llegó al poder, participando en eventos de alto perfil con su esposa Michelle y desarrollando un estilo cercano para hablar en público.
Durante la tercera carrera de su esposo por la Casa Blanca, fue una de sus sustitutos más efectivos y contundentes. Hizo campaña incansablemente, en Iowa y New Hampshire al inicio de las primarias y en Florida y Michigan en la recta final, a menudo encabezando eventos más pequeños.
Presentó a su esposo como el candidato que mejor atraía no solo a los demócratas moderados, sino también a los independientes y republicanos decepcionados con Trump.
En marzo, se reveló como protectora de su marido en un evento en Los Ángeles, en el que lo defendió de dos manifestantes que se abalanzaron sobre el candidato en el escenario.
En su discurso de la convención demócrata, en un salón de clases en una escuela secundaria de Wilmington donde enseñó inglés en la década de 1990, dio fe del carácter, las capacidades y el corazón de su esposo.
"¿Cómo se puede formar una familia quebrada?", dijo sobre la perseverancia de Biden a través de la adversidad, una cualidad que cree que lo conecta con millones de familias estadounidenses que sufren la pandemia, los despidos masivos y las tensiones raciales.
"De la misma manera en que se unifica a una nación", agregó. "Con amor y comprensión, y con pequeños actos de compasión. Con valentía. Con fe inquebrantable".
Jill Biden, quien ha protegido ferozmente a su familia a lo largo de la carrera de su esposo, se ha preparado contra los ataques de Trump y sus aliados.
Quizás ahora se esté preparando para cuatro años en la Casa Blanca, y un horario agitado de enseñar y trabajar en el Ala Este, donde están las oficinas de la primera dama en la mansión presidencial.
"Si Biden continúa dando clase, cambiará para siempre las expectativas y limitaciones del puesto", dijo a la AFP Kate Andersen Brower, autora de "Primeras mujeres: la gracia y el poder de las primeras damas modernas de Estados Unidos".
"Creo que podría resultar un desafío, lograr un equilibrio entre un trabajo y las responsabilidades de la primera dama, pero también creo que ampliará nuestra idea de lo que las primeras damas son capaces de hacer", agregó.
Jellison advirtió que Jill Biden podría ser resistida por quienes esperen una primera dama más tradicional, pero al igual que Brower cree que llegó el momento de un cambio.
"Seguramente tendremos un cónyuge presidencial varón algún día y no creo que nadie esperaría que él dejara su trabajo diario", opinó Brower.