PARÍS. La aplicación digital que el gobierno francés lanza esta semana para ayudar a controlar la epidemia de coronavirus, StopCovid, se topó con la oposición de los defensores de los derechos civiles, que ven en ella un riesgo para las libertades individuales.
El dispositivo permitirá a quien haya dado positivo alertar automáticamente al resto de usuarios con los que el Bluetooth de su teléfono haya estado en contacto a menos de un metro y como mínimo durante 15 minutos para que estos últimos puedan hacerse la prueba y frenar el contagio.
StopCovid funcionará desde mañana, pero es foco de inquietudes, aunque el gobierno asegura que es imposible conocer la identidad del usuario o geolocalizar dónde ha estado y que su utilización se mantendrá voluntaria y limitada a la duración de la pandemia.
Las críticas sobre los peligros de esa aplicación que también se plantean otros países europeos coinciden. Para que fuera eficaz, debería descargarla 60% de la población, pero en Singapur o Corea del Sur el porcentaje de uso no superó 30%. La aplicación podría por tanto no detectar casos positivos o, al contrario, crear alertas innecesarias.
Te recomendamos el podcast ⬇