Los mexicanos “estaban en todas partes, pero en su mayoría eran invisibles”. El gobierno de México honró en Seúl, Corea del Sur, la figura de los mexicanos que participaron en la Guerra de Corea bajo bandera estadounidense, colectivo del que, pese a sumar miles de personas, apenas se ha investigado.
Para conmemorar el acontecimiento, Bruno Figueroa, embajador de México en la República de Corea, y Martha Bárcena, embajadora en Estados Unidos, publicaron en el diario Korea Times un texto para honrar a los 180 mil mexicanos y mexicoamericanos que pelearon en esta guerra aun inacabada ocurrida entre 1950 y 1953.
Los embajadores indican que la tropa de origen mexicano formaba el 10 por ciento de del Ejército estadounidense enviado a la guerra, cuando en Estados Unidos, la población mexicana era del 3.5%.
La información sobre sus acciones en el campo de batalla es escasa, afirman, debido a que en los registros estadounidenses los mexicanos y los mexicoamericanos fueron registrados como “blancos”, por los prejuicios que desde esa época existían contra ellos. Tan es así, que muchos se cambiaron los nombres, como Raúl Álvarez del Castillo, de Guadalajara, que prefirió ser conocido como “Ralph A. Castle”.
“Según el presidente Lyndon B. Johnson, estos soldados de México y Estados Unidos que 'sirvieron con distinción, lucharon con valentía y dieron sus vidas, cuando fue necesario, valientemente', recibieron escasa atención por sus sacrificios”, recuerdan Figueroa y Bárcena.
Ha llegado el momento de recordar y honrar a estos héroes silenciosos de la “Guerra Olvidada”, afirman.
Todos ellos, opinó Figueroa en una conferencia posterior en el Ministerio de Relaciones Exteriores coreano, “dejaron su huella en Corea y merecen un hueco en los libros de historia”.