La capitana del barco humanitario "Sea-Watch", bloqueado con 40 migrantes a bordo frente a las costas de Italia, forzó en la madrugada del sábado el cerco impuesto e ingresó al puerto de Lampedusa, donde fue inmediatamente arrestada.
El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, denunció "un acto criminal, un acto de guerra", reclamó la prisión para la joven alemana de 31 años y prometió embargar el navío e imponer una fuerte multa para la oenegé.
El miércoles, la capitana del barco Carola Rackete violó el bloqueo a su navío para ingresar a las aguas territoriales italianas impuesto por Salvini, máximo dirigente de la Liga (extrema derecha). Pero el navío tuvo que detenerse a una milla de la costa del pequeño puerto de Lampedusa, y quedó allí bloqueado.
El "Sea-Watch", con bandera holandesa, rescató el 12 de junio a un grupo de 53 migrantes que se encontraban a la deriva en una balsa inflable frente a las costas de Libia.
Rackete, tras 60 horas "increíblemente tensas" para los migrantes, según sus palabras el viernes, finalmente decidió forzar el bloqueo, pese a la presencia de un barco de la policía encargado de impedirle el paso.
"Nos pusimos delante para impedirle que entrara en el puerto pero nada [...]. Si nos hubiéramos quedado en el camino, [el "Sea-Watch"] habría destruido nuestra lancha", comentó ante las cámaras un policía que se encontraba a bordo.
Un poco antes de las 03H00 (01H00 GMT), la policía montó a bordo para detener a la joven. La capitana, que podría ser castigada con hasta 10 años de prisión, bajó del navío escoltada por los agentes, sin esposas.
En el puerto de Lampedusa se habían congregado dos grupos, uno que estaba allí para aplaudir el gesto del Rackete, y otro que saludó con vítores el arresto de la capitana con gritos de "¡Pónganle esposas!" y "¡Váyanse de aquí!".
La Liga de Salvini obtuvo el 45% de los sufragios en las elecciones europeas de mayo en esta isla, que desde hace 30 años se encuentra en la primera línea de la acogida de migrantes.
Por la mañana, Rackete fue colocada bajo arresto domiciliario. En las próximas 48 horas tendrá una audiencia ante la fiscalía, explicó a la prensa su abogado, Leonardo Marino, que precisó que la encontraba "cansada y estresada".
"Las razones humanitarias no pueden justificar actos inadmisibles de violencia hacia los que llevan el uniforme en el mar por la seguridad de todos", comentó a los medios Luigi Patronaggio, el fiscal de Agrigente (Sicilia), del que depende Lampedusa.