El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció hoy la detención de otras tres personas implicadas en la organización del atentado cometido hace dos semanas en las afueras de Moscú, que dejó al menos 145 muertos.
"El FSB detuvo en las ciudades de Moscú, Yekaterimburgo y Omsk a un ciudadano ruso y a dos extranjeros, todos originarios de Asia Central, implicados en el ataque terrorista perpetrado el 22 de marzo en el complejo Crocus City Hall", señala el comunicado del servicio de prensa de dicho organismo.
La nota precisa que "dos de los detenidos transfirieron el dinero para la adquisición de las armas de fuego y los medios de transporte empleados en el atentado".
"El tercero participó directamente en el reclutamiento de los cómplices del ataque terrorista y la financiación de sus autores", añade el FSB, muy criticado por la falta de previsión, al igual que el resto de órganos de seguridad que fueron avisados por EEUU con dos semanas de antelación sobre un posible atentado en la capital.
En total, 18 personas han sido detenidas hasta ahora en relación con el atentado, cuatro de ellas -todos tayikos- por su participación directa en el tiroteo y las explosiones que tuvieron lugar en la sala de conciertos.
Aunque el Estado Islámico ha reivindicado el atentado, el Kremlin y las fuerzas de seguridad insisten en vincular ese acto terrorista con los ataques fronterizos ucranianos de los últimos meses, aunque no han presentado pruebas para apoyar esa hipótesis.
"A día de hoy Ucrania (...) se ha convertido en un Estado abiertamente terrorista", afirmó hoy Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en una reunión con los jefes de las misiones diplomáticas acreditados en Moscú.
En la misma línea, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró el jueves que "Rusia se comporta de tal forma en la arena internacional que difícilmente puede ser objeto de ataque por parte de los fundamentalistas islámicos".
El diario 'Washington Post', que cita fuentes oficiales anónimas, informó esta semana que Estados Unidos advirtió a Rusia de que la sala Crocus City Hall era uno de los posibles objetivos de un ataque yihadista.
Mientras Exteriores calificó dicha noticia de "desinformación", el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, aseguró que "es más importante establecer cuanto antes quién es el que encargó y financió ese horrible crimen. Sus huellas conducen a los servicios secretos ucranianos. Pero es bien sabido que el régimen de Kiev no es autosuficiente y está controlado totalmente por EEUU".
También llamó a tener en cuenta que "el Estado Islámico, Al Qaeda y otras organizaciones terroristas fueron creadas por Washington".
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La prensa independiente ha criticado al Kremlin por centrar todos sus esfuerzos en reprimir la disidencia interna y a los detractores de la guerra en Ucrania, y olvidarse de los auténticos criminales y de las amenazas a la seguridad del Estado.