Rusia reforzó el martes su ofensiva en el este de Ucrania, que agradeció el "cambio de postura" de Alemania para hacer frente a una invasión que podría, según el Pentágono, extenderse a Moldavia.
Tras los bombardeos en Odesa (sur) el lunes, que dejaron al menos un muerto y cinco heridos, el estado mayor ucraniano anunció este martes que los tiros de artillería y los bombardeos aéreos rusos siguieron azotando el este del país.
Te puede interesar: China culpa a la OTAN por la invasión a Ucrania
En una planta siderúrgica que también fue atacada, todavía hay más de mil militares atrincherados pero ya no queda ningún civil, tras las evacuaciones de la semana pasada, según las autoridades ucranianas que buscan ahora sacar a los heridos.
En el resto de la cuenca del Donbás, en el este, las tropas rusas "continúan preparando operaciones ofensivas en las regiones de Limán y Severodonetsk", según fuentes militares ucranianas.
El Ministerio ruso de Defensa anunció la toma de Popasna, en el norte del Donbás, con lo que las fuerzas rusas y prorrusas pudieron llegar a la frontera administrativa de la República Popular de Lugansk (autoproclamada por los separatistas prorrusos) con Donetsk, otra región separatista.
Según los servicios de inteligencia estadounidenses, el presidente ruso, Vladimir Putin, prevé extender la guerra más allá del Donbás, estableciendo "un puente terrestre" hacia Transnitria, una región de Moldavia que se separó en 1990, apoyada por Moscú.
"Putin se está preparando para un conflicto largo en Ucrania, durante el cual todavía tiene la intención de lograr objetivos más allá de Donbás", declaró la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, ante el Congreso.
La responsable advirtió que en los próximos meses puede haber una escalada, aunque matizó que Putin solo autorizará el uso de armas nucleares si percibe una amenaza existencial para el Estado o el régimen ruso.