Rusia anunció que, a pesar de la retirada de Estados Unidos, seguirá siendo parte del Tratado de Cielos Abiertos, que permite verificar los movimientos militares y las medidas de control de armas de los países firmantes.
El presidente Donald Trump denunció este tratado, firmado por 34 países y que entró en vigor en 2002, acusando a Moscú de violarlo.
Los países miembros de la OTAN deben reunirse urgentemente el viernes para hablar de esta retirada.
"Mientras el tratado siga en vigor, tenemos la intención de respetar plenamente todos los derechos y deberes que se derivan de él", dijo el viernes el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko.
"Partimos del principio que los otros países actuarán de la misma forma", añadió.
Moscú denunció el jueves un "golpe" a la seguridad europea y a los "intereses esenciales de seguridad de los propios aliados de Estados Unidos".
Los responsables rusos se declararon dispuestos a discutir las "cuestiones técnicas que Estados Unidos presenta hoy como supuestas violaciones por parte de Rusia".
Estados Unidos ya había acusado a Rusia de violar el tratado INF sobre misiles terrestres de medio alcance, antes de denunciarlo en 2019.
El futuro del tratado ruso-estadounidense New Start, concertado en 2010 y que expira a principios de 2021, también está en entredicho. Se trata del último acuerdo nuclear que sigue en vigor entre las dos potencias.