KABUL. El reelecto presidente afgano, Ashraf Ghani, juró el cargo en un momento crucial para la historia del país a la espera del inicio de las conversaciones de paz entre el gobierno y los talibanes, un acto que sin embargo estuvo empañado por la toma de posesión paralela de su adversario, Abdullah Abdullah.
Estados Unidos no ha felicitado a Ghani ni ha comentado los resultados de las elecciones, pero ayer se opuso "firmemente" a la formación de un "gobierno paralelo" y se refirió a él como "el presidente Ghani".
Los resultados finales, que se retrasaron hasta febrero, confirmaron la victoria de Ghani con 50.64% de los votos, frente a 39.52% de Abdullah, que al tiempo que rechazaba el escrutinio se autoproclamaba vencedor de los comicios.
Sin embargo, Ghani insistió durante su discurso que no cierra la puerta a sus rivales, en clara referencia a Abdullah, al remarcar que necesita un "gobierno fuerte" ante el momento histórico que le ha tocado vivir a Afganistán.
Abdullah, en su discurso, también se mostró "listo para las negociaciones" y para trabajar en aras de la "unidad de Afganistán", aunque eso no evitó que se proclamara "presidente" ante los asistentes.
Ese momento histórico no es otro que la negociación con los talibanes, un proceso de paz que llega tras la firma de un acuerdo el pasado 29 de febrero entre los insurgentes y Estados Unidos en Doha, en el que se pactó la retirada en 14 meses de las tropas extranjeras.
Para el inicio de las conversaciones interafgnas, que estaban previstas en un principio para el 10 de marzo, los talibanes y EU habían pactado la liberación de 5 mil insurgentes, algo a lo que Ghani se había opuesto hasta hoy, cuando pareció sin embargo dispuesto a ceder a cambio de una reducción de la violencia.
En tanto, Estados Unidos comenzó a retirar tropas de Afganistán como parte de lo establecido en el acuerdo de paz firmado el 29 de febrero con los talibanes, informó un funcionario del Pentágono.
En el acuerdo, el gobierno de EU se comprometió a reducir su nivel de tropas, pasando de más de 12 mil efectivos a 8 mil 600 en un plazo de 135 días, dijo el coronel Sonny Leggett, portavoz de las fuerzas militares estadounidenses en Afganistán. Igualmente, subrayó que se "mantienen todos los medios militares necesarios" para operaciones contra la red Al Qaeda o el grupo Estado Islámico (EI), principalmente.