KIEV. Ucrania urgió apoyo humanitario para combatir un brote de enfermedades mortales. El alcalde de la ciudad portuaria de Mariúpol -reducida a ruinas por el asedio ruso- dijo que los sistemas sanitarios estaban rotos y los cadáveres se pudrían en las calles.
"Hay un brote de disentería y cólera. La guerra se llevó a más de 20 mil habitantes, desafortunadamente estos brotes de infección se llevaron a millas de mariupolitas más", dijo a la televisión nacional.
Pidió a Naciones Unidas y al Comité Internacional de la Cruz Roja que trabajaron en la creación de un corredor humanitario para permitir que los residentes restantes abandonen la ciudad, que ahora está bajo control ruso.
Asimismo, el gobierno ucraniano pidió más ayuda de Occidente, suplicando entregas más rápidas de armas para contener a fuerzas rusas mejores armadas.
Fuentes militares estadounidenses reconocieron que Ucrania se quedó sin su armamento de fabricación rusa y soviética y ahora depende por completo de sus aliados para obtener armas para contrarrestar la invasión rusa.
Como país que alguna vez fue parte de la Unión Soviética, Ucrania ha levantado su ejército y su industria militar con equipamento soviético y ruso, pequeñas armas, tanques, obuses y otras no homologables con las que tienen sus vecinos de occidente.
Más de tres meses después de que estallara el conflicto, ese equipo ya se agotó o quedó destruido en el campo de batalla, afirman fuentes estadounidenses.
Ahora, las fuerzas de Kiev están manejando o aprendiendo a manejar armas que usan Estados Unidos o aliados europeos de la OTAN.
Aún así, el ejército ucraniano afirmó que atacó posiciones rusas en la zona de Jersón, una región que está prácticamente bajo control de Moscú y donde Kiev teme que se organice un referéndum con vistas a una anexión del territorio a Rusia.
"Nuestra aviación golpeó posiciones rusas, puntos donde se concentran equipamiento, personal y depósitos en cinco localidades de Jersón", indicó el Estado mayor del ejército ucraniano el viernes en Facebook.
Jersón fue una de las primeras regiones en caer bajo control de las tropas rusas.
En el frente diplomático, nueve países de Europa central y del este se reunieron en Bucarest para pedir un refuerzo del flanco oriental de la OTAN, a menos de tres semanas de la cumbre de la alianza militar en Madrid.
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Los jefes de Estado de los países representados (Bulgaria, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Rumanía y Eslovaquia) también deben analizar el impacto de la invasión rusa en la seguridad de los "socios vulnerables" de la alianza, entre ellos Moldavia y Georgia.
Mientras que Finlandia, la guerra hace que miren con preocupación al archipiélago de Aland, en el Báltico, donde la presencia militar está prohibida en virtud de un tratado firmado con Rusia en 1856 y que podría ser un punto débil en su defensa, por lo que evalúan reforzarla militarmente. También considera reforzará con vallas su frontera con Rusia.