PARÍS. Cientos de miles de franceses volvieron a las calles en todo el país para seguir presionando al gobierno, que hoy publicará su controvertida reforma de las pensiones, en medio de una fuerte huelga de transportes que cumple seis días y paraliza parte del país.
Unos 339 mil manifestantes desfilaron en Francia, según el ministerio del Interior, en una jornada crucial en el pulso con el ejecutivo, que se niega a dar marcha atrás en su reforma, que fue una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron antes de su elección en 2017.
La participación se redujo considerablemente en relación al primer día de movilización nacional, el 5 de diciembre, cuando más de 800 mil personas salieron a las calles a decir "no" a la reforma.
Aún así, los sindicatos han prometido no ceder hasta que el gobierno de Emmanuel Macron retire totalmente su proyecto que consiste en la creación de un "sistema universal" de pensiones que reemplazará a los 42 regímenes actuales, que permiten jubilaciones anticipadas y otros beneficios a ciertas categorías profesionales.
Del proyecto del gobierno sólo se conocen algunos puntos ya que será detallado hoy por el primer ministro, Edouard Philippe, pero todo hace prever que las protestas y las huelgas no terminarán por arte de magia tras los anuncios.
"Las manifestaciones no van a detenerse porque yo haga un discurso el miércoles. Al contrario, mi discurso suscitará nuevas preguntas. Y es normal", dijo el propio Philippe ayer.
Por ahora, una mayoría de los franceses apoya esta huelga porque temen una precarización de sus condiciones de jubilación después de la reforma.
"Público, privado, todos juntos hasta el retiro del proyecto", rezaba una enorme pancarta que encabezó la marcha en París, en la que participaron 31 mil personas.
A las protestas se sumaba una huelga en los transportes públicos, que el martes cumplió seis días y que tiene paralizada parte del país.