El abanico no tiene ni edad ni género, siendo un complemento que ha caracterizado a diversos artistas de todas las épocas, desde Madonna hasta Beyoncé, hasta los españoles Antonio Banderas, Rossy De Palma o Locomía.
Este accesorio, al que un día el escritor Oscar Wilde le dedicó una obra teatral llamada El abanico de Lady Windermere, no sólo se utiliza en las épocas de calor, ya que durante el otoño y el invierno es propicio llevarlo en países como Canadá o Túnez, advirtió el artesano Oliver Bernoux, quien ha vuelto a ponerlos de moda.
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El diseñador franco-español, de la firma que lleva su nombre, se dedica a realizar diseños y propuestas exóticas, que no ha dudado en siempre lucir durante celebraciones importantes.
En los reinados franceses los abanicos llegaron a ser prendas que solamente usaba la realeza, ya que eran fabricados con pinturas de la más alta calidad, papel de China, tafetán de Florencia y vitela y cabritilla española.
Sin embargo, después de varias décadas de gran popularidad en casi todo el mundo, su uso fue disminuyendo y esa fue una de las razones que llevó al artesano a indagar sobre nuevos diseños y materiales para los abanicos.
El creador expresó que los abanicos han sido un complemento que le han fascinado desde que era un niño, y que en su taller se dedica a diseñar combinaciones en las que se puede plasmar muchísima tradición pero a la vez vanguardia.
“Abrir y cerrar un abanico es un elemento de sensualidad, describe un lenguaje con el que las mujeres se comunicaban con su enamorado, cuando no estaba bien visto que hablaran en público”, dijo.
Bernoux se muestra triste al recordar que el bordado hecho a mano o incluso el de marquetería están perdiendo tradición, aunque señaló que le da ilusión que su trabajo empiece a reforzar un tejido industrial que se encuentra en extinción.
LOS ESTEREOTIPOS SON PARA ROMPERSE
Nuestra tradición dicta que los más pequeños son para los caballeros y los de tamaño mediano para las señoras, aunque el artesano argumenta que un hombre puede tener tanto calor como una señora y que para ellos también diseña creaciones más grandes e informales, a las que incluso llega a incorporar tejidos de diversas camisas.
También ha sabido cómo desarrollar piezas extragrandes, un elemento sofisticado con el que se acaparan todas las miradas en una fiesta o evento. También aseguró que el abanico ha dejado de ser un accesorio vinculado a España, ya que los suyos viajan a Nueva York, Suiza, Italia, México, Venezuela o los Emiratos Árabes Unidos.
Algunas de sus clientas habituales son las cantantes Beyonce y Madonna. Al respecto, el artesano expresa:
“Madonna contactó con nosotros y pidió varios abanicos personalizados con palabras algo pícaras”, en los que se puede leer “Fuck” y “Bitch” cuando se abren.
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Un grupo que también fue característico por los abanicos era Locomía, un conjunto que se formó como grupo de diseñadores de moda y años después derivó en un grupo musical.
En el taller de este diseñador suelen encontrarse muchísimos diseños, incluso una colección que cambia de color con el calor. Plumas de avestruz, flecos, cristales de Swarovski, sedas y flores bordadas que sobresalen cuando el abanico se cierra.
Sin embargo, el diseñador se considera anti-tendencias, ya que busca que el abanico sea algo más que un complemento y piensa que su trabajo es dar visibilidad a quienes lucen uno de estos accesorios.
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