Casi el 90 por ciento de los responsables de la muerte de mil 109 comunicadores en todo el mundo entre 2006 y 2018, no han sido condenados, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), difundido con motivo del Día Internacional para acabar con la impunidad de los crímenes contra periodistas, que se conmemora cada 2 de noviembre.
El informe, titulado Ataques intensificados, nuevas defensas, señala que existe un aumento del 18 por ciento en los asesinatos de periodistas en los últimos cinco años, entre 2014 y 2018, en comparación con el quinquenio anterior.
Según la investigación de la UNESCO, la región de los Estados Árabes es la más mortífera para la práctica del periodismo, con un 30 por ciento de los asesinatos en el mundo, seguida de América Latina y el Caribe, con un 26 por ciento, y Asia y el Pacífico, con el 24 por ciento.
El estudio revela además que, entre 2017 y 2018, el 55 por ciento de los asesinatos de periodistas ocurrieron en zonas en la que no se vive un conflicto, tendencia que ejemplifica la naturaleza cambiante de los homicidios de reporteros, que a menudo son blanco de ataques debido a sus reportajes sobre política, crimen y corrupción.
En su investigación, la Unesco colocó a México en el segundo lugar del mundo con más asesinatos de periodistas, sólo después de Siria, donde se vive una guerra civil desde hace ocho años. De acuerdo con el reporte, de 2014 a 2018 hubo 53 asesinatos de comunicadores en el País. Siria ocupó el primer lugar, sólo con un asesinato más que México.
La organización alertó que hay altos niveles de impunidad en todo el mundo, ya que el 88 por ciento de los casos de asesinatos de comunicadores está sin resolver.
Advirtió, asimismo, que los periodistas están ahora expuestos a un aumento de la retórica hostil antimedios que busca desacreditar el valor del periodismo.
También alertó que hay una tendencia creciente de tácticas menos visibles para censurar y silenciar a los periodistas, las cuales consisten en manipular el flujo de información para distraer de los contenidos periodísticos y utilizar herramientas cibernéticas para silenciar y acosar al gremio.
La Unesco detectó también el incremento de nuevas formas de amenazas y violencia contra este gremio. “Varios estudios indican un aumento en el número de periodistas encarcelados, retenidos como rehenes o que han desaparecido. Numerosos testimonios de periodistas también documentan el uso continuo de la tortura”, se lee en el texto.
En lo que va de 2019, la UNESCO, sin embargo, ha anotado un número menor de asesinatos que en el mismo periodo del año pasado, con 44 muertes registradas hasta el 30 de octubre, en comparación con las 90 en la misma fecha en 2018.