PARÍS. Un grupo rebelde de 11 ministros y varios diputados conservadores conspiran activamente para provocar la renuncia de la primera ministra Theresa May y alejarla del país en un plazo máximo de 10 días a fin de facilitar una solución pragmática sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE).
En ese complot, revelado por el diario The Times, participan varias corrientes del Partido Conservador, desde los sectores más intransigentes favorables al Brexit como los grupos moderados e incluso los antiBrexit. Entre los complotistas figuran los ministros Michael Gove y David Lidington, así como los exmiembros del gabinete Dominic Raab, Iain Duncan Smith, Steve Baker, así como el Chief Whip (líder parlamentario) Julian Smith.
Si bien todos son partidarios de la renuncia de Theresa May, ninguno de ellos está dispuesto a tomar el timón de un barco que se dirige hacia los peñascos en plena tormenta. “No es el momento de cambiar de capitán de la nave”, comentó Gove, que al parecer fue sondeado por sus colegas para reemplazarla al frente del gobierno. Lidington también desmintió toda ambición de “hacerse cargo". El canciller Philip Hammond advirtió, por su parte, que "cambiar al primer ministro no nos servirá de nada".
Para tratar de capear esa tempestad, la May se reunió en su residencia de Chequers con el excanciller Boris Johnson -que fue uno de los promotores más encendidos del Brexit-, con el Rasputín del del sector más intransigente de los tories, Jacob Rees-Mogg, más los influyentes exministros David David, Iain Duncan Smith, y Steve Baker, y el presidente del Partido Conservador, Brandon Lewis.
Si bien todos coinciden en que debe dejar del poder, son conscientes de que la renuncia de May desembocará inevitablemente en elecciones generales y desatará una lucha tóxica por el liderazgo tory provocando la atomización del partido.
Los últimos fieles que conserva la primera ministra en Downing Street advirtieron a los tories ultraBrexit que no tiene sentido forzar la mano de May. El Parlamento está tan en contra de una salida sin acuerdo (no deal), que el gobierno caería con solo mencionar esa hipótesis.
Los ministros pro-Europa de su equipo, a su vez, no tolerarán un eventual apoyo a un “no deal”. Pero algunos pro- Brexit afirman que la única forma en que May puede permanecer en su puesto es apoyando un “no deal”.