SAN FRANCISCO. La filtración por parte de una exempleada de varios documentos internos de Facebook al diario The Wall Street Journal ha desatado el último escándalo para la red social, y reveló al público que la empresa actúa de una forma muy diferente al discurso que mantiene de forma oficial.
Aunque la información publicada (elaborada a partir de informes y presentaciones internas y de conversaciones online entre empleados) no implica necesariamente que Facebook esté cometiendo ninguna ilegalidad, sí muestra decisiones éticamente reprobables y una priorización de los beneficios financieros ante cualquier reparo moral.
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La delatora de estas prácticas, una antigua empleada de la compañía, declarará hoy en el Senado de Estados Unidos.
Frances Haugen, quien era gestora de productos en el equipo de desinformación cívica de Facebook, apareció el domingo en el programa de televisión “60 Minutes”, revelando su identidad como la denunciante que proporcionó documentos para la investigación del Wall Street Journal y una audiencia en el Senado sobre el daño de Instagram a adolescentes.
En líneas generales, la gran conclusión que puede extraerse de la documentación filtrada es que los directivos de Facebook saben que las plataformas de la empresa (Instagram, WhatsApp y Messenger, además de la propia red social) son, en muchos casos, nocivas para los usuarios.
El elemento que más indignación ha generado son las investigaciones por parte de la empresa que determinan que Instagram es perjudicial para una parte de sus usuarios más jóvenes, y especialmente “tóxico” para las adolescentes.
Según los informes de la compañía, la red social de fotografías “agrava” los problemas que una de cada tres chicas tiene de su imagen corporal.
Otra revelación destacada es que los cambios en el algoritmo llevados a cabo en 2018 bajo el pretexto de “mejorar” la plataforma tuvieron el resultado opuesto y la convirtieron en un entorno más negativo, promoviendo contenidos que animasen a la confrontación y la discusión.
“Había conflictos de intereses entre lo que era bueno para el público y lo que era bueno para Facebook”, dijo Haugen durante la entrevista. “Y Facebook una y otra vez optó por optimizar para sus propios intereses, como ganar más dinero”.
Haugen, que antes trabajó en Google y Pinterest, dijo que Facebook ha mentido al público sobre los avances que hizo para frenar el discurso de odio y la desinformación en su plataforma.
Añadió que se usó Facebook para ayudar a organizar los disturbios del Capitolio el 6 de enero en Washington, después de que la empresa desactivó los sistemas de seguridad tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Facebook ha estado bajo una presión implacable para evitar ser una plataforma de desinformación, odio y contenido dañino para los niños.
Facebook publicó un comunicado rebatiendo los puntos que Haugen expuso tras la entrevista y Nick Clegg, vicepresidente de la empresa en materia política y asuntos mundiales, rechazó vehementemente que las plataformas de la empresa sean “tóxicas” para los adolescentes.
APAGÓN MASIVO
Dado que altos directivos de Facebook como el propio consejero delegado, Mark Zuckerberg, ya han testificado múltiples ocasiones ante el Congreso de EU y siempre han defendido a la empresa a capa y espada, los documentos filtrados podrían revelar inconsistencias o contradicciones con esos testimonios.
Si se demuestra que directivos mintieron o escondieron información del Congreso de forma deliberada, podría considerase un delito de perjurio.
A esta tormenta a causa de las filtraciones, la mayor red social del mundo y sus plataformas Instagram y WhatsApp sufrieron ayer una masiva interrupción que afectó potencialmente a decenas de millones de usuarios.
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Facebook era inaccesible porque el Sistema de Nombres de Dominio (DNS) no dirigía a los usuarios al lugar correcto. La propia empresa controla la configuración.
El DNS permite a las direcciones de las webs llevar a los usuarios a sus destinos. Una caída similar en la compañía en la nube Akamai Technologies Inc dejó a múltiples sitios inaccesibles web en julio.
La respuesta de Facebook se veía dificultada por el hecho de que los empleados perdieron el acceso a algunas de sus propias herramientas durante el apagón, explicaron personas que seguían el asunto.
Otras redes experimentaron un aumento de usuarios ya que la interrupción duró más de seis horas.
Expertos en seguridad dijeron que la interrupción probablemente fue provocada por un error de configuración que dejó las direcciones de los servidores de Facebook fuera de servicio.
Podría ser el resultado de un error interno, aunque un sabotaje por parte de alguien de dentro de la compañía sería teóricamente posible, añadieron. Un hackeo externo se considera menos probable.
La caída de sus servicios le costó a Facebook 10 mil 207 millones de dólares en su valor de mercado.
Los títulos de la empresa que también agrupa a WhatsApp e Instagram cerraron en 326.39 dólares por acción, lo que representó una contracción de 4.85 por ciento frente a la sesión anterior.
Se trata del nivel más bajo para la firma desde el 23 de mayo de 2021, cuando sus acciones rozaron los 326.07 dólares cada una, de acuerdo con Investing.
La fortuna de Mark Zuckerberg se redujo 5 mil 900 millones de dólares.